Después de varios días de bombardeos indiscriminado, contra pobladores palestino de la Franja de Gaza, por parte del estado sionista israelí; el 20 de junio, como resultado de una gran presión internacional, con la intervención del Estado egipcio, se acordó un cese al fuego, dejando innumerables familias sin hogar, centenares de heridos y muertos, entre ellos muchos niños y mujeres, la absoluta mayoría del lado palestino.
Además, la suspensión momentánea del bombardeo, fue necesario por las propias contradicciones que se registraron en la vida política del propio Israel, en la víspera de la destitución de Benjamín Netanyahu; y las tensiones interimperialistas con la intervención de Rusia y China, presionando a Estados Unidos e Israel por esta agresión militar.
La destitución de Netanyahu da paso al nombramiento de Naftali Bennett, partidario de la ultraderecha sionista y declarado enemigo del pueblo palestino, por lo que en nada cambia la orientación de la guerra genocidio del sionismo contra el pueblo palestino, de hecho, la promesa de avanzar de manera más agresiva contra los habitantes de la Franja de Gaza le generó mayor apoyo a Bennett por parte de los colonos de esa zona de ocupación.
La intervención de las potencias imperialistas como China y Rusia, tampoco es con tal firmeza que detenga completamente la agresión sionista, pues este bloque imperialista interviene, pero para negociar en otros territorios de tensión militar, como Yemen, Siria o Ucrania.
Por lo que el cese al fuego, solamente fue una pausa para sortear la coyuntura política interna de Israel, pues las agresiones, aunque a menor escala, son permanentes contra la Franja de Gaza; con el nombramiento del nuevo primer ministro, se provee una nueva escalada de agresiones contra el pueblo palestino.
Por lo tanto, la solidaridad internacional debe continuar, exigiendo el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino.