Los acontecimientos económicos y políticos mundiales que ocurren en la actualidad, nos confirman a diario que asistimos a una etapa de profundos cambios, marcados por la profundización de la crisis general del capitalismo, lo que agudiza todas las contradicciones inherentes al sistema capitalista imperialista mundial: 1.- Contradicción entre el capital y el trabajo; 2.- Entre las potencias imperialistas; 3.- Entre las potencias imperialistas y los países y naciones dependientes; 4.- Entre el capitalismo y el socialismo.
Esta crisis estructural del sistema capitalista-imperialista; está llevando a la ruina la otrora potencia hegemónica mundial: Estos Unidos de Norteamérica; la hegemonía económica ha sido golpeado severamente por las dos últimas crisis cíclicas (2008 y 2020), ahora mismo, avanzará su desplazamiento por la gran inflación en la que se encuentra su economía, a punto de declararse en recesión. La política nacionalista, xenófoba y racista que impuso Trump y ahora la política guerrerista de Biden, ha llevado a profundizar las contradicciones internas entre los grupos monopólicos de esa potencia (republicanos vs demócratas; Biden vs Trump; Sector I vs Sector II de la economía), que está al borde de una gran crisis política. Hoy nuevamente el recurso que ponen en el centro es la guerra, para reactivar la industria bélica y de reconstrucción, su economía, saquear los recursos naturales y sobreexplotar mano de obra barata a escala mundial, así como reunificar su oligarquía financiera.
Pero la hegemonía mundial hoy está en disputa; el imperialismo chino, es el único que en las últimas décadas no se ha declarado en crisis, incluso en las condiciones económicas más complejas como fue la crisis del 2020; ha sufrido una gran desaceleración económica, pero ha mantenido un crecimiento por encima de las otras potencias imperialistas; mantiene internamente unidad política y avanza en su carrera militar para superar a EE.UU., en una eventual guerra.
