La lucha de clases y la transformación de la sociedad siempre ha estado acompañado, de cambios a veces imperceptibles, a veces bruscos, unos cuantitativos que se van concatenando poco a poco y generan relaciones que pueden hacer cambios sustantivos, en ocasiones determinadas de los movimientos sociales que hacen reformas pero que no hacen cambios realmente directos a la condición de explotación y opresión del proletariado y de los trabajadores asalariados del campo y la ciudad; mientras que las irrupciones violentas cualitativas que han dado cambios reales a favor de la humanidad como la Comuna de París, la Revolución de Octubre, la Revolución Mexicana, la Cubana, y las de liberación o antiimperialistas que desgraciadamente tienen su contraparte en el nazismo, el fascismo y las dictaduras sangrientas contra el género humano.

     Frente a este escenario tenemos que asumir el compromiso y la organización para generar la unidad en un proyecto que se requiere impulsar desde diferentes vertientes, en diferentes espacios, con una tarea única: derrotar a los capitalistas.

     En Querétaro, la lucha contra el proyecto fascista del panyunquismo y sus aliados, debe tener al frente a hombres y mujeres que no solo se sientan afectados o que entiendan y sientan la necesidad de hacer algo desde sus espacios para la defensa de los derechos laborales, salariales, la de los espacios históricos, contra la expansión de las tiendas que desplazan a los pequeños comerciantes o a los tianguistas, la lucha de los que buscan preservar y proteger los ríos, las áreas naturales, la conservación y reconocimiento de la cultura alimentaria originaria, de los que tienen necesidad de vivienda, reconocimiento a sus tierras, de la luz, el drenaje, de la pavimentación y bajos costos de los servicios.

     No basta esta intención y participación de manera aislada, espontánea, sin compromiso o acción permanente, sin un programa mínimo con tareas planificadas y compartidas. Pues incluso los hombres con una gran genialidad o con amplios conocimientos no hacen transformación si no pasan del discurso a la acción real y colectiva. Pues la individualidad no pasa de ser una visión egoísta y limitada que no impacta directamente en la lucha de la clase trabajadora. Por eso la acción debe ser en la calle, la plaza, el parque en la marcha, el mitin, el plantón, el volanteo, la asamblea de información, discusión organizada y con perspectiva revolucionaria.

     El real impacto de éste próximo Primero de Mayo en Querétaro pasa por retomar lo que desde Marx y Lenin se planteó, la lucha por el bien colectivo, de la organización en la lucha contra el sistema capitalista, y la práctica necesaria que Stalin desarrolló desde el Frente Popular en la unidad contra el enemigo común o para no ser derrotados uno a uno por el mismo enemigo.

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Por PCMML

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