Al saberse ganadora de la elección presidencial, Claudia Sheinbaum presumió que será la primera vez que una mujer gobierne la república mexicana en los 200 años de su existencia. Para las mujeres que creen que la condición de género es más determinante que la condición de clase, tal vez signifique una esperanza su gobierno. Pero para quienes partimos, de que todo gobierno representa los intereses de una clase social y es ésta la que lo define, no esperamos grandes cambios. Como ella misma lo afirmó, su gobierno será de continuidad, es decir, de continuidad neoliberal, la misma que hemos padecido en los últimos 6 años, que sigue representando a la burguesía y los intereses del imperialismo principalmente estadounidense, que se disfraza de demócrata y progresista. Todos sabemos no tuvo ningún significado para la lucha de las mujeres, que fuera mujer cuando estuvo como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Durante la campaña electoral ella, como sus contrincantes, sólo hizo promesas generales: apoyos para programas de vivienda, ayuda a las madres solteras y mejorar seguridad pública; pero mientras no se prioricen los intereses de los y las trabajadoras sobre las ganancias de los empresarios y los banqueros no cambiará nada. Las demandas de las mujeres significa resolver la brecha salarial de género, terminar con la precarización del trabajo, asegurar que el trabajo doméstico y de cuidado sean una responsabilidad social y no de las amas de casa, que el acceso a la atención médica sea de calidad y la educación sean en la práctica derechos universales, asegurar que las infancias reciban una atención integral para su desarrollo, que los y las trabajadoras del hogar cuenten con seguridad social; que termine la impunidad en todos los delitos de violencia y acoso contra las mujeres, que se asegure la atención prenatal, que se amplíe la licencia por maternidad, que la salud reproductiva sea un derecho de todas, que se legalice el aborto seguro y gratuito, que el feminicidio sea tipificado como un delito grave en toda la república, estas son las demandas de las mujeres del proletariado y del pueblo. ¿Qué y cuánto de estas demandas, resolverá la en su gobierno la presidenta electa?
Claudia Sheinbaum ganó la elección con un amplio porcentaje, sin duda, resultado de una elección de Estado, en la que desde el púlpito presidencial se realizó campaña electoral, se descalificó a todo adversario y demanda legitima, en la que se ejerció coerción al voto amenazando con la pérdida de de los beneficios de los programas sociales. Mas allá del género, Claudia Sheinbaum, no podrá demostrar que es un hecho histórico el ser mujer presidenta, porque no resolverá las demandas de las mujeres que son las mismas que las demandas de los trabajadores y de los pueblos en nuestro país.
Mujer u hombre que llegue al gobierno para realmente hacer cambios, en beneficio de los pobres, necesita echar andar y defender el programa de la clase obrera y de los demás explotados del pais y del mundo, de otra menera es más de lo mismo…