Teniendo como un indicador de la crisis y su desenvolvimiento el Producto Interno Bruto, la economía mexicana tiene seis trimestres continuos de crecimiento negativo, inició este en el último trimestre de la administración de Enrique Peña Nieto, estalla la crisis en el primer trimestre de este año, y toca fondo en el segundo trimestre del 2020. La economía mexicana creció 12 por ciento entre julio y septiembre del presente año, respecto al nivel reportado en el segundo trimestre, pero ello, no significa haber superado, la fase de crisis, y pasar a una fase de recuperación o mucho menos de auge, porque en el segundo trimestre producto de la crisis y el confinamiento se tuvo una caída de 18.7%.
Lo que se proyecta a mediano plazo es la entrada de la economía mexicana a una fase de depresión, cuyas características son el bajo crecimiento global de la economía, pero lo principal es que las consecuencias negativas de la crisis-depresión, como sucede ahora con millones de parados permanentes, y los obreros y trabajadores en activo, sin las condiciones básicas para reproducir la fuerza de trabajo, como son los obreros de las maquilas, los más de 5 millones de trabajadores que están terciarizados (outsourcing), los más de 6 millones de obreros agrícolas, y en el caso de los millones de parados aparte de ser una presión para los obreros en activo, están con un pie en el pauperismo social.
Los programas de ayuda social de la 4T no sirven para sacar del pauperismo y la miseria a millones de trabajadores, en el mejor de los casos apenas para mantenerlos en pie, para cuando sean requeridos por los capitalistas.
Las condiciones para salir de la crisis desde el punto de vista de los capitalistas, son crear mejores condiciones para la explotación asalariada, en cambio para la clase obrera y los trabajadores, está en valerse en sus propias fuerzas, organización y formas de lucha que permitan avanzar hacia la revolución proletaria.