Con debilidades y contradicciones en los gobiernos de Biden y Zelensky y un avance en las tropas rusas, la tendencia a que se  consolide el reparto imperialista del territorio está avanzando.

Las consecuencias de esta guerra las está pagando el mismo pueblo ucraniano y los otros pueblos de los países imperialistas, que son sacrificados con mayor explotación asalariada llevándola a su más alto nivel para garantizar su producción para la guerra y la invasión de nuevos territorios.

La crisis general que vive el sistema capitalista-imperialista, los graves problemas económicos que tiene cada potencia imperialista y la proximidad de una nueva crisis económica global en todo el planeta son los elementos agudizan las contradicciones entre las potencias y los lleva a darle continuidad a la guerra en Ucrania de parte de EE.UU.-OTAN y Rusia, sin embargo, esta guerra se ha opacado frente al genocidio del sionismo israelí contra el pueblo palestino.

Esta poca atención que los imperialistas han dado a la guerra en Ucrania, tiene que ver en parte porque en el terreno de los hechos las fuerzas de ocupación de cualquiera de los bandos imperialista, tanto de EE.UU., y Rusia, tienen parte del territorio dividido entre estas. El Gobierno de Zelenski reclama y expresa su preocupación por la falta de mayor “apoyo” económico y militar de parte de los primeros, porque no han mostrado una avance u ofensiva a las acciones o posiciones de los rusos sobre Ucrania y los imperialistas gringos le han regateado la disposición de estos por sus problemas domésticos electorales internos como por los problemas económicos derivados en la baja de la producción que han tenido en estos últimos años a pesar de la activación de la producción industrial militar. En ese sentido tanto Zelenski como Biden en sus respectivos países como al exterior, se muestran como presidentes débiles e incapaces de revertir el proceso a favor de ellos, sobre todo a la clase burguesa que estos representan.

Los rusos por su parte han presumido avances sobre las tropas ucranianas al impedir que ingresen desde territorio ucraniano sobre su frontera y más bien ha ido replegando la fuerza encabezada por EE.UU., y la OTAN hasta la propia capital de Ucrania; además las sanciones económicas en su contra han perjudicado más a Europa y a los estadounidenses que a la misma Rusia. Putin en ese sentido ha sabido aprovechar la guerra para seguirse imponiendo al pueblo ruso -como todo un gobierno al servicio de la oligarquía financiera- y en las próximas elecciones él nuevamente será “elegido” presidente de la Federación Rusa, con la complicidad de los comunistas-revisionistas que respaldan la guerra en Ucrania y son parte del circo electoral.

La guerra en Ucrania detona otras guerras a escala pequeña y/o grande que se mantienen encendidas en tanto la situación económica mundial, regional y local se empeore como está sucediendo y las disputas Inter imperialistas se intensifiquen como la lucha de los pueblos a enfrentarlos. En este sentido los pueblos deben tener claro que ningún país imperialista es amigo de los pueblos por el contrario hay que enfrentarlos irreconciliablemente para derrotarlos.

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Por PCMML

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