La medidas desesperadas por mantener y profundizar la dominación de la oligarquía financiera llevan ineluctablemente al fascismo, así es como se entiende la aprobación de la Ley de Seguridad interior. Los comunistas mucho hemos dicho desde hace ya tiempo sobre el avance del fascismo, y no se trata de asumir ahora la posición de “se los dije”, sino de construir por todos los medios posibles la unidad más amplia contra el régimen que está buscando legalizar su dominación de terror.

Decía Dimitrov: “En otros países, donde la burguesía dominante teme el próximo estallido de la revolución, el fascismo establece el monopolio político ilimitado, bien de golpe y porrazo, bien intensificando cada vez más el terror y el ajuste de cuentas con todos los partidos y agrupaciones rivales, lo cual no excluye que el fascismo, en el momento en que se agudiza de un modo especial su situación, intente extender su base para combinar -sin alterar su carácter de clase- la dictadura terrorista abierta con una burda falsificación del parlamentarismo.” (Dimitrov, El fascismo y la guerra. El carácter de clase del fascismo).

Y así exactamente ha hecho en el país. Con la “legalidad” de los procedimientos en las cámaras de diputados y senadores la ley de marras se aprobó. Efectivamente no se escuchó ni mucho menos consideró la opinión de solventes voces académicas y ciudadanas contra la aprobación, pero el régimen está en niveles de desprestigio tales que ya no le interesa más cuidar las formas. Lo que ayer podía denunciarse por la vía legal como Atenco, Ayotzinapa, Nochixtlán y otros trágicos eventos recientes; ahora estarán legitimados por la ley.

Pero la actuación de los marxista-leninistas lejos de cerrarse o sectarizarse debe abrirse para atraer a las clases y los sectores de clase que aún no se suman a los procesos de unidad, para acumular fuerzas no solo contra la ley fascista, sino contra el sistema que la engendra y mantendrá como apoyo.

La aprobación de la ley brindó a los comunistas aliados importantísimos para ayudar en la denuncia, agitación y movilización contra el fascismo en ciernes, ha unificado a prácticamente todos los organismos de derechos humanos en contra, incluso la misma ONU quien ha condenado la ley. Con lo anterior el círculo de la oligarquía se estrecha y el de la clase obrera y fuerzas populares crece. Toca ahora enfrentar el periodo con elevación de formas de lucha y organización.

 

Tomado del VP No. 519 del 1 al 15 de enero de 2018

Comparte en tus redes sociales

Por PCMML

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *