La posesión presidencial de Nicolás Maduro ha provocado una nueva oleada en la ofensiva que las fuerzas reaccionarias de dentro y fuera de Venezuela lanzan en su contra.
Ciertamente Maduro ha demostrado que no representa un proyecto auténticamente de izquierda -como él y otros sectores lo dicen- y ha sido incapaz de encarar y resolver los graves problemas que en ese país se desarrollan, surgidos tanto por responsabilidad de quienes se encuentran en el gobierno y por la acción de fuerzas externas; sin embargo, intromisión de la Organización de Estados Americanos OEA y de los sectores que apelan a la intervención extranjera es condenable.
La resolución tomada por ese organismo es una práctica común de los Estados Unidos en la implantación de políticas de aislamiento a gobiernos que le resultan “molestos”, receta aplicada en otros países, y no hay que olvidar que este organismo guardó silencio, por ejemplo, en la invasión a Panamá y en otros casos similares.
Las políticas que se han impulsado desde la OEA tienen una importante repercusión en la grave crisis que vive Venezuela y por eso mismo es una plataforma política que no representa a los pueblos americanos.
Los gobiernos de la región deben respetar la autodeterminación del pueblo venezolano, éste debe encontrar la solución a la crisis que atraviesa su país. Expresamos nuestro apoyo a los trabajadores y al pueblo venezolano en su lucha contra el intervencionismo y en la búsqueda de un gobierno auténticamente popular.
Nuestro compromiso y apoyo será siempre en favor de la clase obrera y la lucha por su emancipación.

Corriente de Jóvenes Antifascistas y Antimperialistas de Venezuela

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Por PCMML

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