Como buenos coristas aúpan como la panacea esta decisión, escondiendo la historia y los intereses que guardan estos préstamos. Funcionarios gubernamentales, medios de comunicación y varios académicos se han convertido en los principales animadores y corifeos de la decisión gubernamental de tramitar préstamos reembolsables con el FMI y varios organismos multilaterales. Como buenos coristas aúpan como la panacea esta decisión, escondiendo la historia y los intereses que guardan estos préstamos.

La Carta de Intención expresa los compromisos de un gobierno en cumplir ciertas metas de política económica durante un determinado periodo de tiempo. Contiene el programa económico del régimen, sus metas cuantitativas y cualitativas. Sin la firma de este compromiso, el Fondo Monetario Internacional niega recursos, tampoco avala otros préstamos que puedan solicitarse ante organismos multilaterales. En otras palabras, en la Carta de Intención están las condiciones que imputa el prestamista al deudor. De esta forma el FMI impone a los países deudores las políticas de ajuste que económicamente son recesivas y socialmente regresivas, pero le aseguran una devolución de recursos al chulquero. Estas tienen el objetivo de garantizar la remisión de los servicios de la deuda y de esta forma imponer a los países deudores su integración al sistema económico financiero mundial.

Entre las principales líneas que el FMI ha desarrollado para acceder a la línea de crédito están: a) “apertura de los sectores que han estado protegidos frente a la competencia del mercado y la eliminación de subvenciones”; b) “reducir las presiones inflacionarias, alentar la repatriación del capital y fomentar la inversión extranjera directa”; c) “contener la demanda global”; d) “saneamiento de las empresas públicas”; e) “flexibilización del control de precios y de las restricciones comerciales”; f) “revisión de la escala de derechos de importación y de los precios agrícolas” La historia del FMI con el Ecuador empieza en la década de los ochenta del siglo pasado. En aquel momento esta entidad impulsó programas de ajuste en las cartas de intención, a cambio de desembolsar ingentes cantidades de dinero. En 1983 el país firmó el primer documento de ese tipo. Se firmaron otras 12 más hasta la última en el año 2003; a esto se suman las Cartas Plan económico firmadas por Durán Ballén, Bucaram y Alarcón, que tenían como objeto garantizar desembolsos de recursos.

las principales líneas que el FMI ha desarrollado para acceder a la línea de crédito están: a) “apertura de los sectores que han estado protegidos frente a la competencia del mercado y la eliminación de subvenciones”; b) “reducir las presiones inflacionarias, alentar la repatriación del capital y fomentar la inversión extranjera directa”; c) “contener la demanda global”; d) “saneamiento de las empresas públicas”; e) “flexibilización del control de precios y de las restricciones comerciales”; f) “revisión de la escala de derechos de importación y de los precios agrícolas” La historia del FMI con el Ecuador empieza en la década de los ochenta del siglo pasado. En aquel momento esta entidad impulsó programas de ajuste en las cartas de intención, a cambio de desembolsar ingentes cantidades de dinero. En 1983 el país firmó el primer documento de ese tipo. Se firmaron otras 12 más hasta la última en el año 2003; a esto se suman las Cartas Plan económico firmadas por Durán Ballén, Bucaram y Alarcón, que tenían como objeto garantizar desembolsos de recursos.

Llámese Carta de Intención, Plan económico Financiero o Acuerdo Técnico amistoso, la realidad es que el FMI exige varias políticas de orden económico a los gobiernos de los distintos países que le garanticen la devolución de dinero, perjudicando a los intereses de los trabajadores y pueblos a cambio de las ganancias al sistema financiero internacional.

Texto publicado en el periódico En Marcha

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Por PCMML

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