Se han cumplido 13 años desde la histórica derrota que sufrieron las fuerzas del Estado aquel 14 de junio en el zócalo de la resistencia, quedarán grabadas para las nuevas generaciones las enseñanzas organizativas que permitieron darle pelea al régimen demostrando que cuando la represión arrecia la unidad popular es el camino.
Hoy el movimiento magisterial y popular enfrenta nuevos escenarios que impone la lucha de clases, a nivel nacional se encuentran instalados en el poder un nuevo grupo de gobernantes gracias al apoyo popular y a las reivindicaciones sociales más sentidas que hicieron en su momento.
El actual gobierno ha preferido negociar con los diferentes sectores de la burguesía antes que cumplir las demandas sociales por las que el pueblo los apoyó, nos aseguraron el regreso del ejército a sus cuarteles y nos impusieron la Guardia Nacional, aseguraron que las gasolinas iban a bajar de precio y los precios se mantienen bajo control de los empresarios petroleros, aseguraron el fin de la imposición de megaproyectos y están financiando el Proyecto Integral Morelos, el Tren Maya y el corredor industrial Salina Cruz- Coatzacoalcos; nos plantearon la revocación de concesiones y las mineras siguen activas; hicieron la promesa de una reforma educativa con el consenso de la CNTE y prefirieron negociar con empresarios y los partidos del Pacto por México antes que evitar el avance de la privatización de la educación y el respeto a los derechos laborales del magisterio; la austeridad se ha aplicado al pueblo trabajador mientras que jueces, magistrados, diputados, ex presidentes siguen cobrando sueldos excesivos.
Para la clase trabajadora en el campo y la ciudad debe de quedar claro que el problema no es el gobierno que tengamos, el verdadero problema es el sistema capitalista que se perpetua, no ha cesado la lucha de clases, burguesía explotadora y el proletariado explotado siguen en lucha irreconciliable, lo demuestran la lucha de los obreros de Matamoros, los paros del magisterio aglutinado en la CNTE, las huelgas de las universidades en la Ciudad de México, las movilizaciones de víctimas de represión que no encuentran justicia hasta el momento como el caso de los 43 normalistas desaparecidos y las víctimas de la masacre en Nochixtlán. Para Andrés Manuel López Obrador será imposible conciliar los intereses de los trabajadores con los intereses de la burguesía y el imperialismo; como lo demuestra la actitud servil y sumisa que asumieron ante las bravuconadas de Donald Trump de aumentar al 5% los aranceles a productos mexicanos a lo cual el gobierno de México se doblegó y prefirió militarizar el sur del país para evitar el flujo de migrantes que sufren los mismos embates de las políticas imperialistas en centro y sur de América.
En Oaxaca se vive un increíble clima de violencia que solo encuentra explicación en la podredumbre del sistema capitalista que se perpetua sobre la violencia; la distribución de la riqueza es inequitativa, la falta de oportunidades de empleo, el poco poder adquisitivo del salario y el nivel de pobreza en la que se encuentra la población sirven como un fermento perfecto que orilla principalmente a jóvenes a entregarse a los brazos de la delincuencia para obtener dinero fácil y salir rápidamente de las dificultades económicas.
Los culpables de la violencia y la miseria en Oaxaca y el país permanentemente están coludidos, no puede concebirse que existan grandes redes delincuenciales sin el consentimiento del Estado y los grandes ricos que encuentran en la ilegalidad una forma de obtener ganancias al por mayor; para contrarrestar la violencia es necesario organizarse tomando como base las enseñanzas históricas y el papel de la asamblea para garantizar la seguridad social.
La lucha de clases evidencia el papel de los gobernantes en Oaxaca, han pasado 13 años sin justicia, fueron asesinados 27 compañeros, detenidos arbitrariamente más de 200 personas, y agredidas un sinfín con las caravanas de la muerte, las policías estatales y la policía federal, los administradores del Estado y los ricos prefirieron mantener en el poder al sátrapa y carnicero de Antequera Ulises Ruiz Ortiz que entregarle el poder al pueblo.
El viejo pacto entre la burguesía y los partidos políticos mantienen en la impunidad a Ulises Ruiz Ortiz quien hoy hace política en el PRI como si no tuviera cuentas pendientes, premiaron al operador de la represión José Manuel Vera Salinas dándole un puesto de seguridad en las estructuras del gobierno federal, Jorge Franco Vargas quien ordenó las detenciones y represión el 14 de junio ahora se encuentra en las filas de MORENA.
¡Los asesinos siguen libres! Para la clase trabajadora en Oaxaca, la herida del 2006-2007 sigue abierta, no olvidamos y no perdonamos a los represores, para ellos pedimos la cárcel y solo así se hará justicia.
Es necesario que en esta nueva etapa de lucha nos mantengamos alertas, recordar las enseñanzas de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, solo la organización popular puede detener las imposiciones de las mineras, de megaproyectos, detener la violencia desatada.
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Unión de la Juventud Revolucionaria de México
Unión de Trabajadores de la Educación
Frente Popular Revolucionario
Partido Comunista de México (marxista leninista)