Marcelo Ebrad sabe que “nada tiene que negociar en aranceles” y trabajan a tiempo forzado para rendir gratitud de sumisión ante el imperialismo gringo, con el tema migratorio, pero es el gobierno, no el pueblo mexicano quien lo hace.

País seguro: es el destino que proporciona seguridad a quienes abandonan su país en busca de asilo, según la Convención Sobre el Estatuto de los Refugiados y de los Apátridas celebrado el 28 de julio de 1951 en Ginebra Suiza y entrado en vigor en 1954, aunque dicho convenio no dice nada respecto a que el origen de la migración es la exacerbada explotación y violencia institucionalizada organizado por los gobiernos proimperialistas de sus países de origen. Si establece que es un tema de carácter internacional y por lo tanto su atención y solución es de ese carácter. También establece que todo migrante debe ser tratado igual a otros migrantes extranjeros o de sus connacionales, dicho convenio es violado de inicio a fin por el imperialismo estadounidense sin que la Organización de las Naciones Unidas diga nada y más bien avale eso.

La militarización de la frontera norte y sur, vía ejército y Guardia Nacional, es acuerdo pactado a escondidas entre el gobierno mexicano y Trump desde un mes antes de tomar posesión (noviembre del año pasado), es la parte militar del programa llamado “Quédate en México”, proyecto oficial gringo que considera hacer redadas multitudinarias en agosto para expulsar de Estado Unidos a un millón y medio de “ilegales” y dejarlos en México a esperar su proceso de posible aceptación con el compromiso de que México tiene que garantizar la seguridad, salud y alimentación.

El gobierno Amlo-morenista-4ª Transformación está comprometido a parar a cualquier precio el flujo migratorio y está cumpliendo más que a cabalidad, cazando un aproximado de 730 migrantes diarios; sólo en junio cazaron 30 mil y deportaron cerca de 22 mil incluyendo familias enteras, y desde el pulpito mañanero manda señales de sumisión, incluso se atrevió a declarar que en la próxima llegada al país de una comisión de diputados gringos los convencerá a favor de México.

Con la anuencia del gobierno mexicano, Trumpo ha hecho de México el muro anti migratorio más grande de la historia humana, blindado con la Guardia Nacional, su centro de concentración y su operador para su plan.

El Instituto Nacional de Migración (INM) es pura carnada, el peso específico es la bota militar del ejército y la Guardia Nacional, aun así la llegada del policía Francisco Garduño Yánez a la dirección del INM disparó la energía del gobierno mexicano en la defensa del Plan-Trump.

Cazar migrantes como lo está haciendo la Guardia Nacional en carreteras, autobuses, taxis, calles de pueblos y ciudades, habitaciones de hoteles, etc. también viola el Convención Sobre el Estatuto de los Refugiados y de los Apátridas de 1951, por trato desigual a extranjeros, pues el millón y medio de estadounidenses que llegaron ilegalmente y se establecieron en México gozan de seguridad y protección.

 

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Por PCMML

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