El compañero Arnulfo Cerón Soriano fue desparecido desde el 11 de octubre de este año y hasta hoy se desconoce su paradero. El compañero es abogado defensor de los vendedores ambulantes de Tlapa de Comonfort, Guerrero, perteneciente del Frente Popular de Tlapa y militante del Frente Popular Revolucionario del mismo estado.
Las autoridades municipales, estatales -encabezadas por el gobernador priísta Héctor Astudillo- como las federales, no tienen una respuesta favorable a su familia y al movimiento democrático sobre la desaparición de Arnulfo, el tiempo trascurre y su vida está en alto riesgo.
La desaparición de Arnulfo se da en el contexto de estas prácticas de desaparición forzada que se practican en Guerrero y en el país cotidianamente, y que terminan en impunidad. Las autoridades de los tres niveles de gobierno son responsables de lo que le está pasando a nuestro compañero y de miles de pobladores que sufren estos actos, pues como tales, por ser miembros del Estado mexicano, su obligación es garantizar su seguridad, pero esta necesidad no la satisfacen y más bien ejercen el terror como Estado, a través de los paramilitares de la delincuencia organizada para sembrar miedo y desmovilización en el pueblo.
La policía municipal y estatal, el ejército y la marina, como la hoy nueva Guardia Nacional no han garantizado la seguridad de la población, por el contrario, han sido parte de estas prácticas de terror que se han instrumentado para aniquilar cualquier lucha de los trabajadores y los pueblos, principalmente en estados como Gurrero, Chiapas y Oaxaca. Los cuerpos de seguridad donde ellos operan, los asesinatos, las desapariciones y torturas crecen, porque son parte de este sistema que desgarra la humanidad de un pueblo que tiene derecho a vivir, defenderse y trasformar el mundo.