La desaparición forzada en México es asociada a la “Guerra sucia”, aquel periodo donde la actividad de grupos guerrilleros era enfrentada extrajudicialmente por guardias blancas y grupos para policiacos que operaban en la ilegalidad, buscando infiltrar y contener esta expresión de lucha; como método, los grupos represivos del Estado aplicaban el secuestro, la tortura, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones.

Con el aumento de la rama económica que representa el narcotráfico, la desaparición forzada se convirtió también en medio de ajustes de cuentas entre los operadores de los distintos cárteles. Particularmente desde el sexenio de Calderón, las desapariciones forzadas se han multiplicado exponencialmente llegando a decenas de miles.

Hoy, mientras desde Palacio Nacional se “decreta” el fin del neoliberalismo, este tema ha llegado a tal grado que se ha convertido en un problema generalizado. Las causas de las desapariciones son muchas, van desde “daños colaterales” en la operación del narcotráfico, es decir, que “vieron algo que no debían”, fueron bajas fortuitas, errores en alguna ejecución y muchos etcéteras. También están los casos de trata ligados a la prostitución o el tráfico de órganos. Y por supuesto que se siguen sumando los casos de luchadores sociales, defensores del agua, medio ambiente y periodistas.

Ni en los sexenios anteriores, ni en este, se ha atendido este grave problema, por lo que los familiares se han ido organizando por todo el país, y con sus propios medios, encuentran un sinnúmero de fosas clandestinas. Lo peor es que las autoridades, lejos de ayudar, entorpecen esta labor, al no aplicar la Ley General y Estatal de Víctimas, ni atender los llamados a los ministerios públicos para certificar los hallazgos, o en dar protección efectiva a los colectivos que siguen buscando a sus familiares. El mismo Congreso del estado de Sonora acaba de declarar a la entidad en crisis humanitaria por el número de desaparecidos.

En este marco es en el cual se llevará a cabo la II Brigada Estatal de Búsqueda en Baja California, que recorrerá el estado con la participación de colectivos de la entidad y todo el país. Esta jornada humanitaria es una verdadera jornada de lucha en la exigencia de presentación de los familiares desaparecidos, donde independientemente de las causas particulares, es el Estado el que debe de dar seguridad a todos y no lo hace; los colectivos se apoyan en ellos mismos y la solidaridad de las organizaciones sociales. Hoy esta lucha es parte importante de la lucha contra la explotación y la opresión.

¡No están solos!

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Por PCMML

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