A unos días de que se lleven a cabo las elecciones para designar al presidente de los Estados Unidos de Norteamérica para el periodo 2021-2025, los ojos de todo el mundo están puestos en los medios masivos de comunicación. Sin embargo, a pesar de que están puestos los ojos en el proceso electoral, habría que esclarecer, que realmente, no cambiará mucho la situación, ni a nivel internacional, ni para los propios obreros norteamericanos y los pueblos que habitan en ese territorio, si gana cualquiera de las dos alternativas que están disputándose la Casa Blanca: Donald Trump o Joe Biden.

En un artículo, titulado: “Elections Won’t Defeat Fascism, Only We Can”;  publicado en la página web: https://theredphoenixapl.org, el Partido Estadounidense del Trabajo (APL por sus siglas en inglés), miembro de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxistas Leninistas (CIPOML), hace un esclarecedor análisis sobre lo que realmente se disputa en las elecciones norteamericanas, y lo que no es posible modificar desde ese escenario.

APL, insiste en que el fascismo en los EE.UU., no nace en el periodo de Donald Trump, porque es el resultado mismo del desarrollo del sistema capitalista-imperialista, que data desde principios del siglo pasado y ha sobrevivido a todos los recambios que ha vivido esa potencia imperialista; si bien durante este periodo se ha exacerbado y sus planteamientos políticos e ideológicos se han expresado con mayor fuerza durante este periodo, también se vaticina en dicho artículo, que con la derrota de Trump no desaparecerán estas fuerzas fascistas, primero porque están enraizados en diversos sectores económicos de Estados Unidos, y porque Trump no es la raíz del problema, es sólo una manifestación de ella, el verdadero problema, es el propio capitalismo.

Afirman que el gran enemigo del fascismo siempre ha sido la unidad del movimiento obrero y recapitulan sobre la larga decadencia del fascismo estadounidense, destacando que es importante recordar que el fascismo tiene una variedad de manifestaciones, según cada país; en los Estados Unidos se ha venido manifestando especialmente bajo la idea de supremacismo blanco; APL analiza los crímenes históricos del régimen de Trump, resaltando los más de 200 mil muertes, por el pésimo manejo de la Pandemia del Covid-19, así como los más de 30 millones de empleos que se han perdido por la crisis actual.

De ahí que “Todos los historiadores, todos los expertos, todos los sobrevivientes de regímenes autoritarios del pasado, todas las organizaciones de masas, todos los grupos de derechos humanos, todos los trabajadores pobres de este país y del resto del mundo, coinciden en este singular problema: debemos estar preparados para detener el auge del fascismo en los Estados Unidos a toda costa”.

El artículo citado, cierra de esta manera respecto a las tareas actuales: “convertir el descontento de la clase trabajadora en un arma en organización y poder. Una organización nacional de la clase trabajadora, profundamente vinculada con las organizaciones locales, puede, como los movimientos revolucionarios del pasado, rehacer fundamentalmente la sociedad y vencer al fascismo de una vez por todas”.

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Por PCMML

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