Este 28 de septiembre, día global por la despenalización y legalización del aborto, nos pronunciamos a favor de la interrupción legal de embarazo en todo el país y exigimos alto a la criminalización de las mujeres que deciden abortar, necesitamos una ley que se haga realidad y no sólo se plasme sobre papel.

Además, exigimos que el Estado cree las condiciones para una maternidad digna y garantice los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

La lucha hoy por el aborto es parte de la lucha de la clase obrera, los trabajadores y los sectores populares. Luchar por la despenalización del aborto es una lucha contra el capital que nos ve como incubadoras de la mano de obra barata y que hace del aborto un negocio.

La importancia de la legalidad del aborto es fundamental, ya que las mujeres seguirán abortando se legalice o no. Sin embargo, las mujeres pobres, trabajadoras y de los sectores populares son más vulnerables a morir por un aborto mal inducido, derivado de la desinformación, el miedo y los estigmas.

Por ello, sostenemos que la lucha por la despenalización del aborto va, necesariamente, acompañada de la planificación familiar y la educación sexual que garantice un pleno ejercicio de la sexualidad y de la maternidad, pero para que esto se logre es necesario que mejoren la calidad de vida de las mujeres y del conjunto de la población.

En México, seis de cada diez madres tienen alrededor de 14 años; las causas están asociadas al abuso sexual, falta de educación reproductiva y nulo acceso a métodos anticonceptivos.

Las mujeres y niñas pobres y de sectores populares fallecen durante el embarazo y el parto con mayor frecuencia. Además, la precarización y la falta de acceso a un sistema de salud eficiente es el factor responsable de los embarazos adolescentes y las muertes por maternidad de las mujeres.

De acuerdo con una investigación periodística, durante el 2020 y 2021, en México la Legislatura de la Paridad de Género redujo 66% el presupuesto destinado a la salud materna y perinatal en los estados del país. Esto a pesar de que la pandemia de Covid-19 disparó la muerte materna de una razón de 32.4 defunciones por cada 100 mil nacimientos en 2019 a 52.1 en 2021.

En el último año, la Federación también restringió 53% el monto destinado a prevención y control del cáncer de mama y cervicouterino, 46% el utilizado para prevenir y atender la violencia familiar y de género y 31% el empleado para programas de igualdad de género en salud.

También redujo 4% los recursos para salud sexual y reproductiva de adolescentes y tres por ciento los de planificación familiar y anticoncepción.

En este sentido, el Estado debe garantizar no solo la legalidad del aborto, sino también la planificación familiar, la educación sexual como un tema de salud pública. Así como el ejercicio pleno de la maternidad y paternidad, las guarderías, comedores y lavanderías, para que las mujeres descarguen el trabajo doméstico.

En México las condiciones de trabajo son tan precarias para las mujeres que el 78% de las que trabajan no cuentan con servicio de centros de desarrollo infantil para sus hijos ni de cuidados maternos.

Además, los horarios de las escuelas públicas generalmente son más cortos que sus jornadas laborales contando en tiempo de traslado al trabajo. No existen o no se respetan las horas para la lactancia, no hay seguridad en el empleo y al 15% de las mujeres se les siguen pidiendo constancias de no gravidez para ser contratadas, para que asciendan en su trabajo o no sean despedidas.

Se requiere gobernar en pro de planificar la decisión de procrear, adoptar, criar, derivado de la pandemia hay 131,325 niñas, niños y adolescentes en orfandad, esta cifra coloca al país con el mayor número de menores que han quedado huérfanos de padre y/o madre o de tutor.

Por ello, creemos fundamental defender la maternidad como un derecho laboral y como parte de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva como la mejor forma de alimentación de los niños recién nacidos por 6 meses. Cuando esto no es posible por lo menos debe durar cuatro meses. Sin embargo, en México la licencia por maternidad solo dura 45 días después del parto como ocurre en otros países de América Latina.

Como militantes de una organización revolucionaria sabemos que la promulgación de una ley no basta para que todas las mujeres accedan a una salud sexual integral.

Por esta razón, nuestra lucha no se agota con la modificación de los artículos que ahora despenalizan el aborto, nuestra lucha continúa hasta que las condiciones para que las mujeres accedan a una maternidad digna estén garantizada por el Estado.

EXIGIMOS:

Luchamos por construir un estado proletario que:

-Garantice los derechos sexuales y reproductivos de la población, despenalice y legalice el aborto en todo el país, libere incondicionalmente a todas las presas por abortar.

-Construya y subsidie comedores nutritivos, guarderías en cada territorio, centro de estudio y trabajo, garantice el derecho a la lactancia durante la jornada de trabajo.

-Ponga fin a la exigencia de constancia de no gravidez para contratar, condicionar estabilidad laboral, despedir trabajadoras.

-Brinde el descanso de 8 horas al día, por cada 40 horas laboradas a la semana, no exponga a materia prima susceptible de afectar la vida de las trabajadoras y en dado caso la del feto.

-Invierta en infraestructura pública para la cobertura universal de la salud, sexual y reproductiva, materna y perinatal.

-Estabilice la situación laboral de las y los trabajadores de la salud y cuidados.

-Esté obligado a resolver el pan, salud, vivienda, educación a la niñez en condición de calle y orfandad.

¡Por una maternidad digna para las mujeres trabajadoras!

Aborto legal, seguro y gratuito.

 

Partido Comunista de México marxista-leninista

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Por PCMML

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