John Kerry, encargado de Joe Biden para el cambio climático, visitó México bajo el pretexto de promover acciones para mitigar las afectaciones ambientales que causan las emisiones de gases de efecto invernadero; durante dicha visita, López Obrador y Marcelo Ebrard destacaron uno de los programas centrales del Gobierno de la 4T, “Sembrando Vida”, que fue aplaudido por el visitante y reconocido como acción de reforestación, a su entender, para salvar los ecosistemas.

El “éxito” de dicho programa quiere ser apoyado por el gobierno estadounidense para extenderlo a Centroamérica, con el objetivo de que con el pago de jornales por la siembra de árboles maderables y frutales en esta zona, inhiba la migración y a su vez combata el cambio climático. Esta oferta se afianzó mediante una misiva enviada al Presidente mexicano, donde Biden comunicó que a su gobierno, le interesaría financiar estos programas en dichos países y otras actividades de desarrollo, por lo cual pidió a su Congreso una partida de alrededor 800 millones de dólares.

El análisis de ésta visita tiene muchas aristas, una es que la “promoción de una economía limpia o verde” es parte de un discurso imperialista para seguir la explotación de los recursos naturales por las grandes empresas, pero dejar sobre las espaldas de las masas acciones individuales que no repercuten en la mitigación del cambio climático y sus consecuencias, en medios se difunde la idea de disminuir el consumo de plástico, el ahorro de agua, el uso de combustibles fósiles, etc., pero no hay acciones contundentes orientadas hacia las empresas extractivistas.

Otra línea es la intención de que el gobierno mexicano fortalezca acciones contra migrantes centroamericanos, fungiendo como una barrera para impedir su paso a los EU, pero sumando la herramienta de pago de jornales, que no resolverán las necesidades de fondo del proletariado y campesinado en esa zona.   Lo anterior sin dejar de lado que el programa “Sembrando vida”, no promueve la reforestación ni el rescate de los ecosistemas, sino ha fomentado la devastación de cultivos nativos, para sembrar otros que sean explotables, dejando fuera a pequeños productores, por lo que ni es un éxito, ni una alternativa al cambio climático, ni mucho menos una fuente de soluciones económicas en el sur del país. El capitalismo sustentable es un oxímoron, dos palabras que se contradicen, pero se buscan empatar para perpetuar la acumulación de capital.

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Por PCMML

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