La situación del imperialismo no era la mejor cuando estalló la guerra en Ucrania. En Europa los precios de los energéticos subieron -particularmente en España- y su desencadenamiento en alzas en el precio de otras mercancías tuvo y tiene fuertes repercusiones. Ahora con la guerra el aumento del precio del petróleo, el gas, la escasez de fertilizantes, se está sumando a un conjunto de consecuencias que afectando más el nivel de vida de las masas trabajadoras.

Gran parte de la producción de trigo, maíz, y cebada esta concentrada en Rusia y Ucrania, la de los fertilizantes en Rusia y Bielorrusia y desde que estalló la guerra estos han subido, 21%, 33% y 40% respectivamente. El hambre en varias regiones del mundo aumenta, tan solo con la pandemia había aumentado 18%. A esto se suma las restricciones de movimiento por la famosa pandemia sobre todo en el transporte de suministros. Los altos costos de la energía, las sequías, incendios inundaciones y otros problemas de la naturaleza cada vez más dañada suman negativamente. El aluminio, el níquel y el paladio han aumentado aceleradamente.

Uno de los sectores afectados y que se han destacado en sus protestas son los trabajadores del transporte. Las protestas se han extendido por el mundo y la demanda ha sido se baje el precio del combustible, se subsidie su precio y otras demandas que tienen que ver con las condiciones laborales de los trabajadores. Pero no solo estas protestas, se han desarrollado, las que exigen el fin de la guerra y por la paz, y oras más por las siempre insatisfechas demandas elementales de vida, que en la medida que continúe la guerra se agudizarán. En los países donde se han sostenido conflictos o guerras locales, como Palestina, Yemen, Afganistán, Siria, Irak, Sudán, Tigré, Sahara Occidental, etc., la situación se tornará más grave.

En el mundo la inflación crece, lo mismo el desempleo; la depresión económica se está pronunciado y no tarda en terminar en otra crisis económica mundial y encabezada por las potencias imperialistas, principalmente EE.UU. Toda la oligarquía financiera se apresta a salir del hoyo económico y a seguir descargando sobre la humanidad proletaria su costo. Es ese sentido usan todos sus recursos para salvarse: aumentan la explotación asalariada, aumentan las jornadas e intensifican el trabajo de los asalariados.     Realizan fuertes inversiones en la industria militar y las guerras regionales con amenazas de extensión continental; aumentan sus movimientos especulativos de capital, como salidas fáciles de enriquecimiento y acumulación.

De esta grave situación los únicos beneficiados son los grandes capitales del mundo, el negocio militar, el farmacéutico, el especulativo, las nuevas tecnologías y las grandes masas trabajadoras del mundo las más afectadas, sin embargo esta es una condición necesaria para que asuman su papel para cambiar desde su pequeña localidad, los males que el capitalismo impone, en ese sentido los esfuerzos por construir organizaciones frentistas antifascistas y antimperialistas sigue su curso para cambiar el mundo.

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Por PCMML

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