FRANCIA
Este 24 de abril se realizarán elecciones presidenciales, en segunda vuelta, en Francia y Macron pretende reelegirse por un periodo más como presidente de ese país. Las elecciones se resolverán en segunda vuelta, donde compite muy cercanamente Marie Le Pen, organización fascista que nuevamente participa con una amenazadora participación. Macron encabeza las votaciones con el 27.8%, Marine Le Pen 23.15%, quedando eliminado Jean-Luc Melechon por haber obtenido el 21.9%. La primera vuelta electoral tuvo una abstención del 21.9%, de las más altas en las primeras vueltas realizadas desde el 2002, de una lista de 12 participantes.
Según encuestadores de ese país, la juventud entre 25 y 49% votó por Marine Lepen y los jubilados a Emmanuel Macron. Todos los partidos participantes con sus candidatos, representan la continuidad neoliberal, incluyendo a la misma ultraderecha.
El contexto de la guerra en Ucrania y de Francia en la OTAN; el aumento de las materias primas, crecimiento de la inflación, de los precios de las materias primas, los energéticos, la baja del poder adquisitivo del salario, el crecimiento de la migración, de la derecha fascista aprovechará estas las elecciones para seguir creciendo su presencia.
PANAMÁ
Trabajadores del transporte público de Panamá Oeste, pararon exigiendo el congelamiento de los costos por la gasolina y el diesel, la revisión de la tarifa, que han aum
entado de manera aceleradamente sus precios. A pesar de las negociaciones entre gobierno y trabajadores, están nos han sido suficientes para satisfacer la demanda. El paro continuará si no se satisface la exigencia.
EL SALVADOR
El Gobierno de Bukele, realiza una operación de detenciones supuestamente para combatir a las pandillas, la violencia y el terrorismo, que han incrementado sus actividades delictivas y sobre todo los asesinatos. El régimen presume que ha detenido a más de 10 mil “pandilleros” e inclusive a sus madres a quienes señala que participan en las actividades delictivas.
En los hechos se ha impuesto un régimen de excepción en El Salvador, que ha desatado una represión contra la población e
n general. La violencia reaccionaria se ha extendido y profundizado en este país, encabezada por las bandas delincuenciales-paramilitares que han crecido al amparo del Estado y que han servido para controlar los negocios legales e ilegales sobre todo para permitir el desarrollo del extractivismo y otras políticas imperialistas en curso como el uso del agua y los energéticos. También como parte de la descomposición social que se vive en la sociedad salvadoreña, donde el producción y tráfico de drogas, tráfico de personas, drogadicción, alcoholismo, etc., han crecido aun en el actual gobierno que también resulta ser incapaz de terminarlas y más bien administrarlas. La delincuencia sustituyó el papel del Estado en varias regiones sobre todo conteniendo la expresión política del movimiento popular.
En ese sentido se han endurecido las leyes que supuestamente quieren combatir la violencia social en general, sin embargo estos remedios siguen fracasando porque no atienden la causa estructural de la violencia que está en el sistema capitalista que reina en este país.