Marxismo-leninismo, arte y revolución. (Parte I)

Entendiendo que el arte es un producto cultural mediante el cual el ser humano ha logrado comunicarse de manera sensible, surge una cuestión medular que se ha estudiado y debatido a lo largo de la historia: ¿Cuál es el objeto del arte?

Las expresiones artísticas han tenido gran relevancia en los procesos civilizatorios del ser humano. Antes del surgimiento del Estado como institución, el arte funcionaba para generar códigos sensibles para la organización tribal, indispensable para la adaptación y sobrevivencia además de dar identidad personal y social.

Con el surgimiento del Estado como instrumento de la clase dominante, el arte tomó relevancia tanto para la formación del mismo, como para su fortalecimiento y eficacia. Fue también expresión del carácter irreconciliable de la lucha de clases. Ejemplos de ello, podemos encontrarlos desde Sumeria hasta nuestros individualistas, irracionales y globalizados días.

En la Unión Revolucionaria de Trabajadores del Arte consideramos de suma importancia para el quehacer militante y revolucionario, establecer rutas de acción para fortalecer el ala artística del PCM M-L. Para tal efecto se prepara la primera Escuela Nacional de URTARTE que tendrá como objeto, además de establecer dichas rutas, estudiar con cautela a diversos clásicos, así como sus contextos históricos. A continuación, abordaremos algunas notas históricas y reflexiones como preámbulo de la mencionada Escuela Nacional.

En el proceso Revolucionario Ruso surgieron pensadores marxistas que entendían la relevancia del arte en los procesos civilizatorios. Tal es el caso de clásicos como: Plejánov, Gorki y Lunacharski sólo por mencionar algunos.

Luego de abandonar el Bakuninismo e incorporarse al marxismo, Gueorgui Plejánov sentó las bases de lo que sería el quehacer propagandístico e ideológico del arte para una transformación cultural que diera origen a una nueva sociedad. Sus tesis fueron bien cobijadas y asimiladas por Lenin y viceversa. Sin embargo, Máximo Gorki y Anatoly Lunacharski, a pesar de alinearse con los bolcheviques y las tesis de Lenin y Plejánov antes del fallido intento revolucionario de 1905, su postura fue más radical ante Lenin después de la derrota de esa fecha. Así surgió un debate ideológico con un grupo que se denominó “bolcheviques de izquierda”, donde además de Gorki y Lunacharski se encontraba Alexander Bogdánov, en torno a aspectos tácticos y epistemológicos.

 

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