BREVES INTERNACIONALES VP. 641

CELAC

La Comunidad de Naciones Latinoamericanas y Caribeñas (Celac) se reunieron una vez más, ahora en Argentina,  para buscar entre  los gobiernos llamados alternativos, acuerdos para seguir buscando la “unidad latinoamericana y caribeña”, por “su soberanía”,  por “la defensa y desarrollo del mercado interno y contra las derechas y ultraderechas”; objetivos que no han alcanzado y muy lejanos de lograr, pues siguen moviéndose en el escenario de “hermandad” continental desde la propiedad privada, el Estado burgués de bienestar o del “verdadero Estado de Derecho”, sin romper totalmente con el neoliberalismo y menos con el capitalismo, más bien fortaleciéndolo con la política de conciliación de clases.

Estos gobiernos defienden los intereses del sector I de la economía capitalista (productor de bienes de consumo) frente al sector II (productor de medios de producción), o como en el caso de México con López Obrador se ha dedicado a conciliar con los dos sectores. Es decir, salvar al capitalismo por alguno de los bandos, impedir los procesos revolucionarios, desarticularlos y desmovilizar a las masas con políticas sociales de prebendas. Buscan regresar al Capitalismo de Estado, “desapareciendo” al Capitalismo Monopolista de Estado, cuando ambas relaciones sociales de producción ya demostraron estar agotadas y en decadencia.  Sin embargo esta política que ha capturado una parte de los movimientos también se va desgastando y van dando paso a regímenes ultraderechistas o fascistas, porque las respuestas que dan a las demandas no son profundas, sino paliativos que se agotan y que aprovechan las fuerzas reaccionarias para demostrar que estos gobiernos no son una solución. Pero también los pueblos se van dando cuenta que ya no son suficientes, ni tampoco opción estos gobiernos y tienen que profundizar su lucha.

En la CELAC, se plantea una falsa soberanía, nacionalismo o integración, cuando tejen alianzas con alguno de los países imperialistas, para enfrentar a los otros, una gran parte de países son antiestadounidenses, pero simpatizan con Rusia o China, que son también imperialistas. Entonces en esa dirección ven su integración o nacionalismo. Por ejemplo, la Argentina de Alberto Fernández y Brasil de Lula da Silva, quieren dejar el dólar y usar una moneda común entre ellos, pero México de López Obrador, quiere continuar dependiendo de los Estados Unidos, de su moneda y hasta plantea una “unión”, como la europea, viejo sueño de  Estados Unidos.  O sea que de progresistas no tienen nada, más bien tienen regresismo.

 

 

 

 

 

 

DAVOS

En este mismo contexto de guerra de rapiña imperialista en Ucrania, de depresión económica, de inflación galopante, de “recesión técnica” de varios países imperialistas, y de amenaza de “recesión mundial”, como le llaman a la crisis, se reunieron nuevamente en Davos los representantes de los grandes capitales que controlan el mundo. Reconocieron que este año será muy difícil y demagógicamente se preocuparon por los más vulnerables y asegurar que las cosas no empeoren. Sin embargo, el evento resultó sin mayor trascendencia, porque las soluciones fueron las mismas a favor de las potencias imperialistas y de sacrificio para las grandes masas de trabajadores. Oxigenar estos escenarios como Davos con las mismas fórmulas sin duda profundiza más su agonía con sus consecuencias negativas para los pueblos.

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