TURQUÍA-SIRIA

Los pueblos de Turquía y Siria sufrieron dos fuertes sismos consecutivos que han dejado más de 21 mil muertos y otros miles de heridos que no se han terminado de cuantificar, en condiciones climáticas de invierno que complican las acciones de rescate.

Han sido de los más devastadores desde los últimos 10 años y han dejado dolor e incertidumbre pues el gobierno de Erdogan está utilizando la desgracia para ajustar cuentas con el sector del pueblo que lo rechaza, porque ha gobernado usando el terrorismo de Estado contra el pueblo kurdo también que habita tanto en Turquía como en Siria.

 

Siria por la guerra que estallaron los imperialistas para sofocar la lucha popular en este país y en la región, también enfrenta una difícil situación para los damnificados del sismo, pues el cerco económico y militar les impide recibir la solidaridad que necesitan y el gobierno sirio se apre sta para usarlo políticamente.

Los pueblos de ambos países deben seguir confiando en sus propias fuerzas, no así de ambos gobiernos que son contrarios a sus intereses.

HAITÍ

Haití sigue viviendo una crisis económica, política y social, agudizada con el asesinato de su presidente Jovenel Moise, ejecutado por mercenarios colombianos pagados por un sector de la oligarquía haitiana y el imperialismo estadounidense, -como parte de las contradicciones interburguesas-, y que por el momento el gobierno que lo sustituyó ha pasado al uso del paramilitarismo o delincuencia organizada para combatir la lucha que el pueblo de Haití sigue desarrollando.

Las protestas populares en las calles han crecido y siguen radicalizandose para imponer cambios, sin embargo el imperialismo estadounidense y sus gobernantes lacayos en turno recrudecen la represión e intentan una intervención militar encubierta desde la ONU con los cascos azules, o de plano abierta para “estabilizar” ante la amenaza de la creciente lucha popular, como lo demostraron en el rechazó de instalar otra vez militares para la “pacificación”.

La lucha del pueblo haitiano no quiere la tutela imperialista, ni de su burguesía y con esfuerzos avanza para imponer un Haití libre de esa basura que los gobierna.

EL SALVADOR

El Gobierno de Nayib Bukele, sigue desarrollando un gobierno cuasifascista, donde el uso del terrorismo y la violencia contra el pueblo, sigue siendo medidas recurrentes de para ejercer control y aniquilar cualquier inconformidad popular, cuyo pretexto es el combate a las pandillas o terroristas, pero esta definición más allá del paramilitarismo o delincuencia organizada con la que coexiste el Estado salvadoreño y la propia oligarquía, que está siendo usada sobre todo para prevenir el crecimiento de la lucha popular revolucionaria como en su momento lo vivó años atrás, que cerró un capítulo de la lucha de clases con la firma de los acuerdos de paz –firmados en 1992- después de 12 años de guerra civil, acuerdos que en el fondo solo beneficiaron y benefician a la oligarquía del país y al imperialismo.

Después del final de aquella guerra civil a la fecha, en El Salvador las problemas no se resolvie

 

ron sustancialmente para el pueblo, por el contrario  hoy viven una crisis económica y social que se agudiza  y el régimen sigue violando los derechos humanos, con encarcelamientos, asesinatos, desapariciones forzadas.

Bukele es un presidente civil pero utiliza al ejército para ejercer su gobierno, con el respaldo de Estados Unidos y ha impuesto un Estado de Emergencia que se corona con la construcción de un nuevo penal (para 40 mil presos), llamado Centro de Confinamiento del Terrorismo. Del cual no hay información pública del gasto. Dicho penal en su capacidad tomó como referencia la cifra de los casi 63 mil presos metidos en sus cárceles. Estas medidas no resolverán lo que pueblo salvadoreño necesita; hace falta su revolución proletaria para acabar con los males del capitalismo.

 

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Por PCMML

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