El sector I de la economía capitalista (productor de medios de producción) representado en J. Biden, quiere llevar a la cárcel a D. Trump, porque están en campaña electoral y quieren usar a este personaje -entre otras cosas- para ganar votos en las próximas elecciones y también ajustarle cuentas al sector II (productor de bienes de consumo) a través de su representante que es Trump.

Trump durante el tiempo que gobernó afectó medianamente los intereses del sector I, porque le dio un giro a la economía imperialista que gobernaba este sector, al acotar las exportaciones que habían sido predominantes -por más de tres décadas- en EE.UU., e imponer la producción para el consumo interno, trastocando acuerdos que representaban ganancias que el otro sector desarrollaba mientras estuvo en el gobierno.

Es decir, Trump favoreció a la oligarquía “nacional”, presionando a grandes capitales de su país para que regresaran a EE.UU., y no llevasen sus ganancias a otros lados, agudizó sus diferencias con China con la Guerra Comercial y se acercó más con Rusia, que hasta lo acusaron de haber permitido a estos participar en las elecciones que le dieron el triunfo presidencial. Además, exaltó las expresiones chovinistas-fascistas en su interior y hacía fuera mismas que las llevó al asalto al Capitolio para rechazar el triunfo de Biden en la presidencia.

Los dos sectores oligárquicos de la economía estadounidense son imperialistas y fascistoides, tienen sus propias contradicciones pacificas y violentas, por eso llevan a Trump a juicio penal, pero ambos son enemigos de los pueblos del mundo. Solo son dos caras de la misma moneda,

Las denuncias formales para procesar a Donald Trump, son ridículas y morbosas; se le acusa de sobornar a una actriz porno para silenciar su relación con ella. Es un espectáculo en el contexto electoral, un entretenimiento y un ajuste de cuentas entre ellos, que también busca distraer a las masas de los verdaderos y graves problemas que enfrenta ese país, que está llevando a su pueblo a una a pagar los costos de la guerra en Ucrania, de la inflación, el encarecimiento de las mercancías, de una depresión económica que tiene en la puerta una nueva crisis económica que puede ser devastadora.

Encarcelar a Trump no va cambiar en nada la política interna e imperialista de EE.UU., los Partidos Demócrata y Republicano seguirán siendo las dos principales organizaciones políticas de la oligarquía financiera. A lo más que pueden llegar es confrontar más sus diferencias, pero sin llevarlas al extremo en que tengan la intervención de las masas trabajadoras y tiren el bipartidismo que siempre ha gobernado en prejuicio del pueblo estadounidense.

Hoy la tarea de las masas trabajadoras de ese país, es rechazar y movilizarse contra la guerra, no caer el juego del juicio contra Trump, y más bien seguir en la movilización callejera elevando las formas de lucha y organización para terminar con el monstruo en casa.

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Por PCMML

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