Una nueva jornada de lucha realizan los obreros y el conjunto de trabajadores de Francia, para echar abajo la reforma a las pensiones que insiste el Gobierno de Macron imponer. Paros, huelgas, barricadas, son lo que hoy escenifica el pueblo francés que no aceptan la edad de jubilación de 62 a 64 años. Centrales sindicales, sindicatos, estudiantes, jóvenes son reprimidos, acusados de afectar la economía imperialista de Francia, por defender sus derechos laborales, sindicales y rechazar medidas que empeoraran las condiciones de vida, como dicha reforma. Pero la exigencia no ha sido sólo esa, también exigen aumentos salariales, condiciones de seguridad laborales, aumento al presupuesto educativo, contra la represión, denuncian y rechazan la política económica neoliberal del régimen de Macron.
Trabajadores del aire, los portuarios, de la energía, ferroviarios, de correos, de salud, profesores, del transporte, estudiantes universitarios y secundarios mantienen sus banderas de lucha y están determinados a no rendirse, no ceder.
Francia y en particular París es el referente histórico de la primera dictadura de la clase obrera, mediante revolución proletaria en el mundo, donde la clase obrera mostró que es posible terminar con el capitalismo, antes que este termine con nosotros.