El panorama económico a nivel mundial va desarrollando todos los ingredientes para una crisis cíclica del capitalismo. Y debemos tomar en cuenta que ya sería la tercera crisis mundial capitalista en este siglo, en un contexto donde no hay una recuperación después de la última crisis.
Entre los efectos negativos sobre la clase obrera y los trabajadores que se mantienen desde la última crisis mundial, esta el desempleo. El ejército industrial de reserva (desempleados) varia en su composición y periodos, pero lo central es que no es un mal o algo ajeno al capitalismo, sino por el contrario forma parte del desarrollo del capitalismo. Y este siempre tiene un ejército industrial de reserva que le sirve como presión de los obreros (y trabajadores) en activo, y por lo tanto son una palanca para la acumulación capitalista, crecen durante la crisis, y se mantiene un contingente permanente alto por su número en la depresión económica, como la que atravesamos ahora.
En México durante el segundo trimestre de este año 2022 se generaron 62, 856 puestos de trabajo registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (todas las cifras del INEGI). Desde marzo de 2022 se observa un estancamiento en la creación de empleos. En abril sólo hubo un registro de 5 mil 490, y en mayo hubo una pérdida de 3 mil empleos.
Estas cifras da cuenta de las dificultades del proceso de acumulación capitalista, porque si bien es cierto en la suma por semestre hay un incremento de 448 mil 560 nuevos empleos, mayor a lo observado en los dos años previos, lo cierto, que de forma global no alcanza los niveles previos a la pandemia, además que no se alcanza el objetivo oficial de gobierno de crear 100 mil empleos nuevos mensuales.
En conclusión, México como parte del mercado mundial capitalista-imperialista no escapa a las dificultades previas a la nueva crisis mundial, y para la clase obrera la necesidad de defender el empleo y luchar.