En la actualidad el Partido en el poder MORENA, tiene bajo su control 20 gubernaturas, lo que hace tener mayoría en los poderes ejecutivos estatales, y más de la mitad de la población en términos electorales; con ello MORENA mantiene una ofensiva respecto a sus reformas neoliberales como la más reciente, que el ejército se mantenga en las calles hasta el 2028 para asumir tareas de seguridad civil; evidentemente la alianza MORENA-PRI, le ha dado mayor fuerza en el poder legislativo.
Sin embargo, a estas alturas del proceso, MORENA ha hecho a un lado su consiga de “solo el pueblo, salva al pueblo”, y ha decidido desarrollar una política de alianzas con corrientes y grupos del PRI, como es el caso de Oaxaca en el cual el propio AMLO ha mantenido cercanía e impunidad para el aun Gobernador Alejandro Murat y otros gobernadores salientes; ha pactado con el sector empresarial con el supuesto de evitar el incremento a los productos de la canasta básica, que lo que hace es garantizarle que sigan sus ganancias, no aumentar los salarios y alejar la posibilidad de generar mejores condiciones de vida y trabajo del pueblo y evitar una nueva crisis económica.
Estamos en vísperas de la coyuntura electoral por la presidencia de México para el 2024, previamente para el 2023 se disputarán Coahuila y Estado de México, lo que en apariencia definirá al candidato a la presidencia.
Ahora nos preguntamos, ¿Hay candidatura popular para el 2024?, y con mucha contundencia afirmamos que no la hay, que tanto Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto y Ricardo Monrreal representan la continuidad del modelo económico neoliberal, que es evidente que MORENA ganará la presidencia, pero ahora sin el ingrediente populista obradorista, pero si con sus dadivas y programas asistencialistas.
Ante esta situación, es necesario generar una candidatura obrera-popular.