Los trabajadores de la CNTE debemos pregonar con actos nuestras ideas y objetivos

En toda actividad productiva o proceso social en el que interviene el ser humano, las contradicciones y las condiciones naturales o sociales adversas son las que forjan el conocimiento y desarrollan las habilidades necesarias para elevar cualitativamente la relación del ser humano y su entorno; la ciencia y la tecnología han sido producto de esta lucha permanente. Los desafíos, golpes y derrotas, generan estancamientos y hasta retrocesos, sin embargo, son parte inherente del camino histórico en cada etapa vivida por la humanidad.

La Coordinadora Nacional de los trabajadores de la Educación (CNTE) no está eximida de tal principio. La confrontación permanente entre las posiciones progresistas y revolucionarias contra los gobiernistas y todo tipo de oportunistas, es el elemento que contribuye a elevar el nivel político ideológico, así como las formas de organización y lucha por la solución de nuestras demandas o el respeto a nuestros derechos laborales, sindicales y profesionales.

Durante 43 años de lucha y resistencia, la CNTE ha cualificado sus Principios político organizativos, sus tácticas, sus consignas y banderas de lucha. La unidad y lucha ideológica, el análisis y el debate como bases para la toma de acuerdos; la unidad con los distintos referentes de la clase trabajadora y la integración directa a la lucha de clases orientada a la emancipación respecto a la explotación capitalista; la Movilización–Negociación–Movilización, la lucha en calles y plazas, han ido depurando y configurando en la CNTE el perfil proletario que establecen sus Principios Rectores.

La defensa del carácter público, gratuito y laico de la educación, así como la construcción de proyectos educativos y pedagógicos alternativos; la lucha por trabajo y salarios justos, salud, justicia, derechos sociales y laborales, preservación de la naturaleza y el medio ambiente, entre otras banderas gremiales y sociales; le han dado a la CNTE autoridad política que le ha permitido mantenerse como uno de los principales ejes aglutinadores del movimiento popular en nuestro país.

Al día de hoy, ya no hay velo que arrancar para evidenciar a quienes, por ignorancia o complicidad, siguen justificando la política del gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación (4T). Los hechos en general y los recientes acuerdos con el presidente de Estados Unidos y el primer ministro de Canadá en particular, confirman al régimen de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como de continuidad y profundización neoliberal.

La derrota que le propinaron las bases del magisterio democrático de la sección 22 de Oaxaca a los charros “pozoleros” que mediatizaron al movimiento en la etapa reciente, el levantamiento combativo de los compañeros de Guerrero, el replanteamiento de la táctica en Michoacán, la movilización de Región Oriente de la Sección IX, el abierto combate que se desarrolla en la Sección VII de Chiapas en el proceso del relevo seccional; son señales inequívocas de que el magisterio democrático nacional está saliendo del marasmo, se está emancipando del encantamiento mañanero, se dispone a retomar la lucha por sus derechos conculcados y ocupar nuevamente su lugar en la lucha de clases.

La Asamblea Nacional Representativa (ANR) de balance que se desarrollará el 21 de enero de 2023, está obligada a sentar las bases de un Plan de Acción que integre a todos los contingentes a la lucha (consolidados y emergentes), que aceite todas las estructuras organizativas (ANR, DPN, CNUN), que de seguimiento a los referentes unitarios como la Conferencia de las Resistencias, que defina un Pliego Petitorio y una Plataforma de Lucha orientada a romper con el régimen de excepción laboral a que nos sometió el Gobierno de Enrique Peña Nieto y que profundiza López Obrador.

Las grandes movilizaciones y triunfos durante la “Primavera Magisterial” de 1989, en los combates de la APPO en 2006, en las huelgas nacionales de 2013 y 2016 contra la mal llamada reforma educativa, son referentes históricos de los que debemos extraer las experiencias político organizativas. El ejemplo y las tareas que nos han legado nuestros compañeros asesinados, desaparecidos, encarcelados y perseguidos, se constituyen hoy en líneas de acción para la reactivación inmediata de todos los militantes y activistas de la CNTE a lo largo y ancho del país.

 

Comparte en tus redes sociales

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *