Durante el año se realizaron foros y eventos especiales como preámbulo para esté gran festejo, tanto en la ciudad como en interior de la república, semanas antes, brigadas de diferentes organizaciones se encargaron de promocionar este evento de manera furtiva, en casi todas las líneas del metro se veían pegados los anuncios.
La preparación iniciaría desde la noche del sábado 4 de noviembre, cuando la carpa principal empezó a montarse junto con las que servirían como vestidor y carpa de mando. Horas después, ya en la madrugada del domingo, llego el templete principal, la iluminación, el sonido y las sillas. Una buena cantidad de personas llegaron desde temprano y esperaban que iniciara la gran celebración.
En el escenario principal se vería a artistas como Misael, Gabino Palomares, el Mastuerzo, se disfrutó luego de música más moderna con Rima Roja y la orquesta Orquestando la Lucha, tras lo cual tomó el escenario la danza, con Ballet Barro Rojo y el Ballet Independiente.
Sin lugar a dudas el momento más emocionante del día llegaría tras las interpretaciones de compositores rusas por el Coro de la Ciudad de México, cuando estos mismos entonaron La Internacional, acto en que las banderas rojas se agitaron y la gente se puso de pie.
Este evento debe de verse más allá de un festejo, este evento, recordando la revolución rusa de 1917, demostró que los referentes pueden unirse, con todo y que no todas las organizaciones que iniciaron se mantuvieron. Diferentes ideologías a las que unía la misma base, el marxismo-leninismo, lograron dejar a un lado sus diferencias, esto es lo que debe permear, estamos en una batalla contra la burguesía y esta unión que se vio para este evento, es la misma unión que debemos mostrar en nuestra lucha por el socialismo.