Marx y Engels desarrollaron con profundidad una teoría sobre el Partido, dejaron las bases fundamentales para la construcción de éste, en su época se imponía establecer las bases científicas del socialismo y de la concepción del mundo, bases que necesitaban los esclavos modernos para su liberación, alejada de los prejuicios burgueses y religiosos que se imponían y se imponen.
Dieron pasos prácticos en la construcción de la Liga de los Justos y después en la Liga de los Comunistas, junto a ello la necesidad de la prensa revolucionaria, para difundir e influir en el pensamiento y acción de la clase obrera. Marx y Engels demostraron que el Partido revolucionario del proletariado tenía un carácter internacional, de ahí el lema de ¡Proletarios de todos los países, uníos! Escrito en el Manifiesto del Partido Comunista.
Engels, contrario a lo que dicen intelectuales de la pequeñaburguesía y burgueses, que le niegan su papel revolucionario, ya concebía desde la Liga de los Justos las bases del Partido del proletariado para la revolución social; éste mismo, con Marx, contribuyó en este tránsito hacia la definición científica de comunistas en los más avanzado de los proletarios del mundo, en el marco de las revoluciones en Europa. Tal fue la profundidad y concreción de las teoría científica comunista que se vio reflejado en el cambio de lema de ¡Todos los hombres son hermanos! que se quiso emplear y que reflejaba una visión idealista de la lucha de clases, por el que ya conocemos y seguimos empleando los marxista leninistas.
En un documento previo al Manifiesto, afirmaban: “No nos distinguimos por el hecho de querer en general justicia, que cada uno puede entender por su cuenta, somos comunistas porque queremos atacar el presente orden social y la propiedad privada actual, y queremos por tanto la comunidad de bienes”. Y más adelante Federico Engels escribía, fundamentando el nombre de comunistas, en que, en 1847, los socialistas se encontraban entre los socialistas utópicos que estaban alejados del movimiento obrero, se hacían depender de las clases instruidas; y, por otro lado, estaban los obreros que convencidos de la insuficiencia de las revoluciones meramente políticas exigían una transformación radical de la sociedad, que se llamaban comunistas; continuaba: “El socialismo representaba en 1847 un movimiento burgués, el comunismo un movimiento obrero…” concluyendo que, sobre la base de que los obreros se emanciparan con el uso de sus propias fuerza: “no podemos vacilar un instante sobre cuál de las dos denominaciones procedía elegir”. Sobre el Partido de nuevo tipo de Lenin, en la época del imperialismo, hablaremos más adelante.