Con prisas y prioridad, como lo dijo la mediocridad presidencial de Peña Nieto, la representación de la oligarquía financiera, encabezada por el pusilánime y nada célebre personaje, su partido el PRI -de los más corruptos- y sus consortes el PAN, el PRD y demás partidos-rémoras políticas, aprobaron lo que han llamado Ley de Seguridad Interior, cuyo propósito central es darle todas las facultades legales al Ejército para actuar impunemente contra el movimiento popular que se opone a la política económica neoliberal. Con esta ley buscarán contener la protesta social y la oposición política creciente y protegerse de sus descarados actos de corrupción, usando legalmente la violencia, el terror, la persecución, el asesinato y la desaparición-forzada usando al Ejército, mismas que han empleado también con su brazo ejecutor la delincuencia organizada y con la cual no se les ha dificultado mantener la impunidad de sus actos cobardemente criminales.La ley de Seguridad Interior busca, en estos momentos, asegurar el fraude electoral y ante la reacción popular usar la violencia de los militares para contenerla. También asegurar que una vez fuera de la presidencia Peña Nieto y todo su gobierno sigan gozando de impunidad por el saqueo que hicieron del país, por la entrega de recursos energéticos al imperialismo, actos de despojo a los pueblos, corrupción, asesinatos y desapariciones, que incluyen a los periodistas, que son un sector donde se puede medir el nivel de fascistización.La legalización de la militarización del país ha sido el propósito de los testaferros del capital financiero, aunque en los hechos lo han estado haciendo, para que sus administradores gobiernen sin mayores dificultades. Con el gobierno de Felipe Calderón (FeCal), se usó la forma fascista de gobernar, sacando a los militares a las calles para inhibir, crear miedo a los inconformes u opositores políticos, frente a un escenario de mayor descontento popular. FeCal, logró gobernar usando como pretexto hacerle la guerra al crimen organizado, pero la experiencia demostró lo contrario, que con esta medida el tráfico de drogas y la violencia crecieron. Peña Nieto mantuvo –incluso pactando impunidad con FeCal- las mismas medidas militares que hoy le dan el record impune de muertes de más de 23 mil personas este año, el más violento desde que la fascistización ha sido su parte de política. Esto mide su Estado de Derecho.Reiteradamente nuestro Partido ha señalado desde hace años cómo se ha venido sembrando la fascistización en el país; cuando el neoliberalismo hizo su aparición las medidas fascistas fueron tomando cuerpo bajo formas nuevas, en las que el uso de los golpes de Estado por militares podían adoptar nuevas formas, esencialmente con el uso creciente del Ejército, en las acciones del Estado burgués, como los que se instrumentaron en Paraguay, en Bolivia o Brasil (los más recientes), o en nuestro país, con una mayor derechización del parlamento burgués, donde la “oposición” se hacía más dúctil a medidas que sangran más la vida de la clase obrera y los trabajadores en general. Medidas que legalizaban más la opresión y desde la propaganda política burguesa o de marcado llamada publicitaria como con campañas mediáticas que simplificaban al máximo el individualismo, con el consumismo y otras prácticas que inhiben la conciencia o coartaban abierta y brutalmente las libertades democráticas conquistadas, para destruir la acción colectiva de las masas, su solidaridad y pertenencia de clase. Muchas formas ha desarrollado el capitalismo en su formato neoliberal, como la ideológica, en las que nunca han dejado de ejercer la violencia para aplicarlas, tenemos presentes las viejas masacres como la del 68 y hoy la barbarie ha sido parte de su política.El fascismo ya está en puerta, no debemos dejarlo pasar, debemos desarrollar y fortalecer la unidad de nuestras fuerzas, el Frente Único del movimiento para detener y derrotar a este engendro del capital y derrotarlo con la Huelga Política General y la revolución, construyendo el Comando Unitario que centralice la fuerzas y planifique acciones únicas contundentes con formas elevadas de organización y de lucha.