US Secretary of State Rex Tillerson, waves to journalists at the Catam Military Airport in Bogota on February 6, 2018. / AFP PHOTO / Luis ACOSTA (Photo credit should read LUIS ACOSTA/AFP/Getty Images)

Durante la primera semana de febrero pasado, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, realizó un recorrido por varios países de América Latina: Argentina, Perú, Colombia, Jamaica y México; en esta gira, el imperialismo norteamericano, encabezado por Donald Trump, puso énfasis en dos temas prioritarios para sus intereses en la región: contrarrestar el crecimiento de los capitales chinos y rusos en la región y crear condiciones para una salida militarista en Venezuela.

Antes de iniciar su gira, el responsable de la diplomacia norteamericana, externó su preocupación por el aumento que ha registrado la inversión de sus contrapartes imperialistas, en áreas estratégicas de la economía en América Latina; particularmente en la minería e hidrocarburos, áreas en donde hasta hace dos décadas, eran controlados totalmente por los monopolios norteamericanos; desde luego esta presencia económica del imperialismo asiático, se entrelaza con los asuntos políticos y militares de la región; por ello la visita estuvo focalizada en los países donde los gobiernos se han identificado como marionetas de la Casa Blanca para el control regional.

Otro de los temas principales que Tillerson, puso en el centro de esta gira, fue la movilización de todos los gobiernos títeres para promover nuevas sanciones económicas a Venezuela, establecer un cerco militar, crear condiciones para una intervención abierta y directa de la Casa Blanca. Para ello ordenó que desde el grupo Lima, liderado por el Presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski, e integrado por 14 países, el cual se formó en abril pasado ex-profeso para cercar políticamente a Venezuela; se reactivara y exigiera a la OEA la aplicación de la Carta Democrática (léase intervención imperialista) a Venezuela, ahora con el argumento del adelanto de las elecciones que el gobierno de Nicolás Maduro anunció para el 22 de abril.

La presencia de Rex Tillerson en la región tuvo una connotación militar, particularmente en Colombia, donde movilizó los jefes del Comando Sur y al ejército colombiano, para presionar militarmente la frontera colombo-venezolana, preparando una eventual intervención militar para derrocar a Nicolás Maduro.

El dominio imperialista sobre América Latina, hoy se haya en una etapa de tensión, convirtiendo a la región en un campo en donde se expresan agudas contradicciones interimperialistas; pero también, conforme va siendo más abierta y dura la intervención de Trump en Venezuela, provoca una agudización de la lucha entre el imperialismo y los pueblos de América Latina.

En este escenario, la clase obrera venezolana (principalmente), el proletariado y los pueblos de América Latina, deben jugar un papel de primer orden para retomar el lugar que están dejando las burguesías nacionales y los autodenominados gobiernos “progresistas”, en la defensa de la soberanía nacional y la lucha contra el imperialismo, convocando a la formación de un poderoso Frente Único Antifascista y Antiimperialista, teniendo claro que una eventual salida militarista-imperialista en Venezuela, sería un duro golpe, no sólo para el chavismo, sino a la clase obrera y los pueblos de toda América Latina.

 

Tomado del Vanguardia proletaria No. 523 del 1 al 15 de marzo de 2018.

Comparte en tus redes sociales

Por PCMML

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *