La violencia y el terror son dos de los rasgos principales del fascismo como política del Estado capitalista para contener la lucha reivindicativa de la clase trabajadora. En la historia reciente, el pueblo mexicano ha sufrido en carne propia esta práctica y las víctimas han sido sus mejores hijos.
Tlatelolco, Jueves de Corpus, Golonchán, El Charco, Aguas Blancas, El Bosque, Acteal, Atenco, San Fernando, Iguala, Ayotzinapa, Tlatlaya, Nochixtlán, Arantepacua, Tanhuato, Ostula, Aquila, son capítulos funestos de la guerra sucia donde se masacra al pueblo en nombre del estado de derecho, la seguridad nacional, la democracia y otros preceptos que sostienen la dictadura burguesa.
En este marco, al medio día del 30 de julio de 2018, los militantes del Frente Campesino Popular de Chiapas (FCPCH) fueron víctimas de una artera agresión por parte de un grupo de choque al servicio del presidente municipal priísta de Comitán, Chiapas, Mario Antonio Guillén Domínguez (Sr. Fox).
Esta criminal agresión dejó 5 muertos y 44 heridos de bala. Entre los asesinados están los compañeros Roque Calvo López y Juan Gómez, dirigente y militante de la Organización Popular Independiente Emiliano Zapata «OPIEZ».
Los medios de comunicación vociferaron: ¡¡Enfrentamiento entre organizaciones!! Sin embargo, se trató de un premeditado y cobarde acto de provocación cuyo objetivo era crear condiciones para justificar el desalojo de vendedores ambulantes e incumplir con la construcción de la nueva central de abastos.
La participación de grupos de choque y bandas paramilitares, asesoradas y subsidiadas por el gobierno para hacer el trabajo sucio, se ha convertido en una práctica cotidiana en Chiapas para reprimir a las organizaciones democráticas e independientes.
Este 27 de agosto, el FCPCH realizó una Marcha en Comitán exigiendo cumplimiento a los acuerdos, justicia para los caídos y castigo a los responsables materiales e intelectuales del asesinato de sus militantes.
Ante la fascistización del Estado mexicano, el movimiento popular está obligado a avanzar en la construcción del Frente Único para luchar conjuntamente por las demandas, responder organizadamente a la agresión fascista del gobierno y sentar las bases para la construcción de nuestro país gobernado por obreros y campesinos pobres.