Con el golpe de Estado al gobierno de Evo Morales, los neoliberales pro-yanquis, buscan recuperar el gobierno para ir por las riquezas que los “nacionalistas” burgueses que representa Evo se llevaban, aliados con los imperialistas chinos y rusos. Dos sectores del capitalismo (sector I productor de bienes de producción y el sector II, de bienes de consumo) en Bolivia están disputándose la conducción política del capitalismo y aún la lucha de las masas proletarias no es contra estos dos sectores, sin embargo, la experiencia que hoy viven aporta elementos para ir actuando con independencia de clase frente a estos. Solo el sector avanzado del proletariado tiene claros sus enemigos, pero aún está en franca minoría respecto al conjunto de la clase obrera.
El golpe de Estado de los neoliberales-fascistas se da en parte por el agotamiento de patrón de acumulación, centralización de capital y por debilitamiento de la incidencia de los nacionalistas-burgueses y pequeño burgueses sobre las masas proletarias, por su desencanto de casi 14 años de gobierno” progresista-indígena”, desmovilización y mediatización de su lucha; ya no dio, ni dará la política de Evo y el Movimiento Al Socialismo para seguir “distribuyendo la riqueza” y que se expresó primero en el referéndum pasado y después en las elecciones recientes para la cuarta re-elección de su gobierno. Ciertamente durante su gobierno los reformistas, incrementaron el Producto Interno Bruto de poco más del 5%, el más alto de América Latina y uno de los más altos del mundo (salvo el de China e India); se desmantelaron las bases militares y desplazaron capitales de Estados Unidos, disminuyó la pobreza de 6.6% a 34.6% y la extrema pobreza de 38% a un 17%, aumentó el presupuesto a la educación pública muy arriba de los gobiernos anteriores, disminuyendo el analfabetismo de poco más del 13% al casi 3%; el aumento el gasto social fue también más alto que los anteriores y con ello se amplió el sistema salud estatal llegando casi a la cobertura universal; continuaron con el extractivismo pero nacionalizado, de hidrocarburos, minerales (el litio, la mayor reserva del mundo en Bolivia ) y con la producción de energía eléctrica (y nacionalizó el petróleo, el gas y el agua), para ello tuvieron que recurrir a las inversiones chinas y rusas. El salario aumentó más del 400%, extendieron las telecomunicaciones. Se reconocieron los derechos de los pueblos originarios o indígenas que constitucionalmente cambiaron a Bolivia por: Estado plurinacional de Bolivia..
Muchas de estos beneficios fueron conquistas del pueblo boliviano y necesidades del mismo capital, de elevar las condiciones económicas de los proletarios para poder consumir las mercancías y evitar una crisis económica, misma que se logró temporalmente, porque el proceso productivo, anárquico y privado (donde el beneficio se lo lleva el capitalista “nacional” y extranjero), necesariamente exigió un nuevo ciclo de acumulación y centralización que agotó el anterior.
El golpe de Estado patrocinado por EU, las masas trabajadoras que se opusieron a la reelección de Evo y los sectores que aún lo siguen, lo rechazan y han elevado el nivel de su lucha, que rebasa la posición de Evo Morales, que llama al diálogo nacional con los golpistas. El pueblo boliviano llama a la guerra civil y se arma para echar abajo el golpe de Estado, defender sus conquistas y construir un gobierno obrero, campesino-indigena y popular.