Los antecedentes históricos de la universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) están en la huelga de 1976, las movilizaciones estudiantiles del 2009, 2013, 2014 y 2018 son las pautas de organización y victorias que ha conseguido la comunidad universitaria alzando la voz contra la corrupción, la violencia y la precariedad.

¿Qué sigue ahora? La universidad está en el ojo del huracán por la “Estafa Maestra”, el adeudo con el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMYM), la ineficacia para pagar becas y aguinaldos a tiempo. La violencia ha golpeado a la comunidad, asaltos, acoso y hostigamiento sexual, secuestros, feminicidios y asesinatos. La necesidad de impulsar un frente unitario democrático que represente y unifique a la comunidad es sumamente importante para el movimiento estudiantil. Abrir la universidad al pueblo también significa vincularse a sus luchas, estar en las calles de la mano con la clase trabajadora y el campesinado. Estás arduas tareas son las que han conseguido grandes victorias.

Las organizaciones estudiantiles de los diferentes espacios universitarios deben tener conocimiento de las necesidades y problemáticas que tiene la comunidad estudiantil con la finalidad de enfrentarlas de manera colectiva y así generar representatividad. En lo inmediato es necesario que haya una asamblea general que permita la unificación y la comunicación.

Ante la presencia de peticiones por parte de la comunidad estudiantil es importante darle un seguimiento a dichas peticiones y a las respuestas por parte de las autoridades.

Nuestro conocimiento, teórico y práctico, adquirido en las aulas debe volcarse en los barrios, fábricas, campos, casas, pueblos enteros; y aquellos que con sus impuestos pagan nuestra educación. Como aquel 19 de septiembre, donde cientos de estudiantes de la UAEMex y miles de estudiantes de otras escuelas, decidimos dejar de lado nuestros lápices y nos dimos a la tarea de ir a las comunidades a trabajar codo a codo con la clase trabajadora del campo y de la ciudad que se vio afectada por aquel desastre natural, construyendo casas con lo que se pudiera, levantando escombros, dando atención médica o psicológica. Como universitarios debemos estar con los obreros fortalecer su conocimiento sobre sus derechos, defender su dignidad y su empleo, ayudando a desenmascarar los verdaderos intereses rapaces de los empresarios de la franja norte del país y de todo México. Así también, los normalistas, el magisterio, comprendieron la necesidad de salir a las calles con los padres de familia a exigir mejores condiciones para la educación en México. Por ello, como estudiantes debemos caminar junto al campesinado y los obreros para exigir, construir y revolucionar nuestra realidad actual.

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Por PCMML

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