El pasado fin de semana se registraron ocho feminicidios en Baja California, cinco en Mexicali y tres en Tijuana. Tuvieron mayor visibilidad en los medios, el caso de tres mujeres asesinadas en un domicilio en Mexicali y el de una joven trabajadora y estudiante de la UABC en Tijuana. Según la Comisión Estatal de Derechos Humanos y Protección Ciudadana (CEDHPC) en 2019 se registraron 288 muertes violentas de mujeres que promedian un rango de edad entre 29 y 38 años. A nivel nacional cuatro municipios del estado se encuentran entre las 100 localidades con más feminicidios, resaltando Tijuana en cuarto lugar.
La pasada legislatura de mayoría panista se había resistido a declarar la alerta de género, ahora la mayoría morenista tampoco lo ha hecho, aunque la presión social incrementa con la difusión de cada vez más casos; sin embargo, aún prevalece el supuesto cuidado para no espantar el turismo. Es decir, los negocios y la ganancia privada se impone por encima de la vida; así funciona el capitalismo.
Pero desde el otro bando de la lucha de clases también se percibe un mayor activismo en la lucha por denunciar y organizarse exigiendo justicia. Esto ya se ha expuesto en Vanguardia Proletaria, particularmente en el caso de las movilizaciones de los familiares de desaparecidos. En el mismo sentido la lucha de las mujeres se va perfilando para mantenerse y elevar su nivel de combatividad.
Se han convocado anteriormente manifestaciones, pero impera el sectarismo, excluyendo sobre todo a hombres no solo del protagonismo o dirección política de la acción -lo cual es totalmente legítimo y entendible- sino de la participación o apoyo en las movilizaciones. Es comprensible y natural la desconfianza de las mujeres activistas frente a Organizaciones No Gubernamentales o corporativas que mediatizan el movimiento, pero es preciso trabajar por la unidad de todas las luchas por una bandera común, porque la violencia contra las mujeres no es un problema de género solamente, sino del sistema.
En estas luchas por la justicia, los comunistas debemos de contribuir para profundizar en sus raíces, por combatir el machismo y el patriarcado, pero sin dejar de ligarlo con la lucha contra el sistema capitalista, porque bajo este régimen de explotación y opresión no será posible que las mujeres accedan a condiciones de igualdad y equidad frente a los hombres