El Fracking en México continúa
y se fortalece durante la “Cuarta Transformación”
El fracking o fracturación hidráulica, es una técnica usada para la exploración y para la extracción de gas y petróleo del subsuelo, fracturando las rocas de lutita en las que se encuentran el gas o el petróleo, mediante la inyección, a alta presión, de agua, arena y una mezcla de más de 600 químicos tóxicos. Los daños medioambientales, de salud, y sociales, causados por esta técnica son irreversibles y sumamente peligrosos al grado que en muchos países está prohibida.
En mayo de 2020, López Obrador afirmó que en México “está prohibido el fracking”, en declaraciones anteriores y en su programa de gobierno había manifestado estar en contra de esta técnica criminal, lo cierto es que la práctica del fracking existe en México, según información de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), el fracking se utiliza desde enero de 1996, siendo permitida en la ley de hidrocarburos y regulada por la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (Asea) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua). En lo que va del gobierno de López Obrador se pasó de 7879 a 8457 pozos con fracking, más del 24% de los pozos petroleros practica esta técnica, esto es 1 de cada 4 pozos petroleros en México. 7 estados de la república concentran esta fracturación hidráulica en el país: Coahuila, Nuevo león, Tamaulipas, Veracruz, Puebla, Tabasco y Chiapas.
Y aunque AMLO, a través de la Secretaría de Energía, canceló la subasta 3.3, que incluía fracking, en el 2019 y el 2020 el régimen de la “Cuarta Transformación” (4aT) otorgó multimillonarios recursos para fracking, en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2019 se autorizó $3, 350 millones de pesos para extraer hidrocarburos mediante esta técnica criminal, y para 2020 incrementó el monto a $10, 800 millones. Además, hay planes para continuar con la práctica del fracking, existiendo 26 bloques ya adjudicados para la exploración y extracción de petróleo y gas no convencionales, que abarcan una superficie de 9,161 kilómetros cuadrados en seis estados de México. Y según el Plan Quinquenal de Hidrocarburos, actualizado a noviembre de 2018, existen 183 bloques con potencial para ser licitados y adjudicados para fracking, con una superficie de 53,072 km2.
A raíz de que López Obrador planteó modificar su posición respecto a los contratos para la producción de energía eléctrica por privados, la derecha golpista reaccionaria, desató una furiosa campaña, argumentando que se atacaba la producción de “energías limpias”, que el régimen de López Obrador (AMLO) le apostaba a energías “sucias” como el petróleo y a técnicas criminales como el “fracking”, desenmascarando otra de las prácticas de saqueo y explotación criminales que se realizan en nuestro país, desde que la derecha fascista-golpista gobernaba y que ahora también ejerce el régimen encabezado por AMLO.
El fracking, que es una técnica ecocida, muy cara, pues la extracción de un barril de petróleo mediante esta técnica cuesta aproximadamente 50 dólares contra menos de 20 dólares de métodos convencionales, de bajo rendimiento productivo de 10 a 15 % en su extracción, como máximo, es en realidad una base para la especulación financiera que hace Estados Unidos, particularmente sus empresas y oligarcas que controlan la industria de los hidrocarburos estrechamente vinculados al sistema financiero internacional, lo que deja claro que al igual que los regímenes neoliberales que encabezaba la derecha fascista-golpista, el régimen de la “4ªT” mantiene una política y una práctica de saqueo y ecocidio, en interés de la oligarquía financiera, no importando si es tan dañina como el fracking o la minería a cielo abierto que también sigue creciendo en México.