Desde el nombramiento del Comité Técnico que elegiría los perfiles para los miembros del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), el desarrollo de este proceso se vio plagado por una serie de irregularidades, legales y de legitimidad, dando a notar que no existe un procedimiento formal que garantice una verdadera participación democrática de los trabajadores y los pueblos en dicha institución.

Desde personajes que ni siquiera sabían que estaban propuestos, hasta algunos con clara oposición al partido en el poder dieron paso a una serie de discusiones y señalamientos que estaban en el “chismorreo” político; dejan evidente muestra de que lo último que interesa es el desarrollo democrático de cualquier proceso electoral.

El acuerdo cupular, es una constante en este proceso, después de las confrontaciones se impuso la mayoría parlamentaria, que también cuenta con el respaldo del ejecutivo y nombró a los “mejores perfiles” con trayectoria en el ámbito electoral, pero con insuficiente y, algunos casos, inexistente respaldo popular, como siempre ha sucedido.

En estas condiciones, la participación popular en los espacios de decisión “democrática” quedan nulificados, convirtiéndose en organismos de élite para quienes representan intereses de los partidos políticos electoreros. Así lo demuestran los currículums de los cuatro miembros recientemente nombrados en el INE.

No podemos negar que los 4 nuevos consejeros mantienen una trayectoria muy de arraigada en espacios de carácter electoral, sin embargo, en esencia; Carla Astrid Humphrey Jordán (ex esposa del senador panista Roberto Gil Zuarth), José Martín Fernando Faz (ex funcionario electoral priista de San Luis Potosi), Norma Irene de la Cruz Magaña (ex asesora perredista de Rutilio Escandón)  y Uuc-kib Espadas Ancona (ex diputado federal perredista); representan la repartición del pastel entre los partidos políticos; ahora siendo Morena quien lleva la mayor tajada por tener una mayoría abrumante en el Congreso.

Luego entonces, esta repartición, demerita cualquier “esfuerzo” de democratizar el INE y garantizar un ejercicio democrático del poder en México. Lo anterior solo se logrará con los trabajadores y el pueblo organizado; rescatando la esencia asamblearia; de carácter soviético y no con instituciones caducas y decadentes del sistema capitalista. Que los de arriba sigan con su repartición de pastel, nosotros debemos construir la organización proletaria que haga caer todas las instituciones burguesas, mandándolas al basurero de la historia.

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Por PCMML

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