En esta semana, el gobierno mexicano anunció la consolidación de una estrategia de “reactivación económica” para el país. Se trata de invertir recurso federal para la construcción de infraestructura por medio de empresas privadas que incluye los energéticos. Son 39 proyectos con un costo de poco más de 297 mmdp -de los 147 programados desde 2019, que representan 800 mmdp- la mayoría son carreteras privadas y cinco energéticos con PEMEX (refinerías) y CFE Sumado a la inversión pública del aeropuerto privado de Santa Lucia, el Tren Maya y el Tren Transístmico, se consolida la mayor entrega de recurso público a las empresas privadas mexicanas y extranjeras en la última década.

Para la clase obrera y el pueblo debe quedar claro que es un paso práctico más de continuidad del neoliberalismo mexicano, puesto que el proyecto de PEMEX y CFE con la anterior reforma energética está en un limbo entre la iniciativa privada, para que el petróleo y los recursos naturales del país pudieran ser entregados al mejor postor, tal como se aprobó en el periodo de Enrique Peña Nieto.  La oligarquía afirma que aportarán mínimo el 50% de la inversión, pero sin especificar cuánto.

La tarea es develar el teatro político de la estrategia empresarial, con sectores de la burguesía que ayer lo combatieron y hoy hacen grandes negocios, como se ha demostrado por ejemplo con CEMEX e ICA entre otras empresas del grupo de Carlos Slim y Alfonso Romo que solo generan empleos precarios, con una amplia capacidad para desviar el recurso, inflar los proyectos y entregar carreteras en pésimas condiciones.

El Estado mexicano menciona que esto “reactivará la economía” en crisis, pero no será la del mexicano pobre o clase media, pues busca estimular un mínimo la demanda de nuevos bienes de consumo y reducir la inflación para desarrollar un nuevo proceso de acumulación de capital, es decir que ya no sigan perdiendo los capitalistas, sino que haya nuevas y más ganancias.

De igual manera, se publicita como un logro la entrega de más créditos del bienestar a pequeñas empresas con tasas de interés mensual del 10%. La duda es ¿A quién beneficia endeudarse en plena crisis? A sabiendas que la disminución del ingreso reducirá el consumo de las familias, por eso más que salvar a las familias es salvar al capital, aumentando el consumo de mercancías.

Este nefasto plan de inversión, será impuesto con la ayuda de la Guardia Nacional a cualquier precio para los pueblos, aprovechándose del apoyo popular que busca mantener con esos ínfimos beneficios que no resuelven en el fondo las necesidades del pueblo, pero que apuntalaran sus votos para el 2021.

No nos sorprenderá que en el futuro dicho plan sea la próxima bandera de los pro fascistas aglutinados en FRENAA para atacar al socialismo y el comunismo, como lo están haciendo ahora y que los dejan actuar haciendo crecer su fuerza; estos usan y seguirán usando la violencia para imponerse y la socialdemocracia les sirve de instrumento. Nos queda ahora organizar la oposición proletaria mediante la Asamblea Nacional del Proletariado y los Pueblos de México que enfrente a la socialdemocracia y a los fascistas y desarrollemos el verdadero camino de la revolución proletaria-comunista.

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Por PCMML

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