La violencia no baja, ¡claro que no baja!, con la pandemia hay menos gente en las calles y los homicidios suben, ¡claro que está subiendo!, los políticos y expertos en seguridad dicen no hay estrategia para combatir la violencia ¡claro que no hay estrategia para eso! Más bien la perfeccionan.
Y no puede haber porque el objetivo del Estado mexicano no es extinguir la violencia, sus causas y consecuencias, porque eso no pone en peligro los intereses económicos de la oligarquía financiera y del imperialismo.
El periodo de la 4ª Transformación será el sexenio del ejército, supuestamente la Guardia Nacional (GN) es de carácter civil, pero todos sus mandos son militares activos o simulados de jubilados y la mayoría de sus efectivos militares en activo, su tropa la integran ya 80 mil efectivos, según la ley, el Ejército y la Marina deben coordinar con la Guardia Nacional, pero el ejercito vigila y dirige todas sus operaciones, y los gastos de la GN y negocios de esta los controla el ejército, incluso hasta sus uniformes.
O sea, la Guardia Nacional es el Ejército vestido con otro uniforme o solo con una franja en el brazo que dice GN, es la excelente forma mañanera de la simulación militar.
La estrategia en seguridad del Estado mexicano es la militarización del país, previendo posibles sublevaciones populares que un año antes del triunfo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ya estaban tomando causes radicales, a un año de su gobierno se levantó la clase obrera en el norte del país y hoy en el marco de la pandemia está brotando la inconformidad popular y se avizoran condiciones de Frente Único y de un nuevo escenario de lucha.
La consigna del presupuesto militar del 2020 plantea: mayor movilidad de las fuerzas armadas y menor capacidad de respuesta de policías estatales y municipales, esto acompañado con la declaración del gobierno federal de AMLO: “se requiere más inteligencia sin uso de la fuerza” se refiere a la Ley Nacional del Uso de la Fuerza que se entiende más como un lenguaje del modelo norteamericano y no de seguridad y derechos humanos como lo dijo Daniel Gómez Tagle (analista especializado en el uso de la fuerza y derechos humanos).
El Ejército mexicano, vestido de Guardia Nacional, son caza-migrantes (como exigió Trump), vigilan hospitales con armas de grueso calibre, cuando ahí no está en peligro la “patria”, cuidan aduanas, andan en las calles y para el 2021, están instalados y fortalecidos donde se desarrollaran los megaproyectos del régimen, cada estado o municipio donde ronde la Guardia Nacional, pagará los gastos con su propio erario. Y participan en obras de infraestructura publica como una empresa más.
El otro objetivo es reducir al máximo o desaparecer la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana SSyPC, esto por los siguientes datos: en el 2018 -último año de Enrique Peña Nieto (EPN)- el presupuesto para gastos de materiales de seguridad del Ejército y la Marina fue de 169 millones de pesos para el 2020 (segundo año de AMLO) ¿241 millones de pesos?
Para chalecos y cascos militares se incrementó 117% y para policías se redujo el 92%, lo que significa el abandono de su propia protección personal. Además, en el 2019 (primer año de AMLO) fueron asesinados 476 policías, ante la desprotección es lógico que sus estrategas prevengan más asesinatos de policías por lo que para el 2020 incrementaron el presupuesto para gastos funerarios para 600 policías más.
En el 2018 el Ejército gastó 5 millones y medio de pesos para gastos de postal, para enviar documentos, correspondencia oficial e informes. Para el 2020 asignaron 205 millones de pesos para eso mismo.
Un dato más, la periodista Zorayda Gallegos publicó en el diario El País que con EPN el Ejército gastó 156 millones de dólares con empresas “fantasmas” y todos los implicados siguen sin ser tocados y siguen en sus mismos puestos, y caracteriza a AMLO como gobierno disfrazado-pintado de verde olivo.