Sumemos a las banderas de lucha actual: el aumento salarial de emergencia

Marx al analizar la esencia de la explotación capitalista, señalaba que el sistema de trabajo asalariado en realidad es un sistema de esclavitud asalariada, al poner al descubierto que la plusvalía es la fuente de explotación de la clase obrera y el salario trata de encubrir está relación.

En el modo de producción capitalista, la fuerza de trabajo igual que toda mercancía, tiene un valor (el valor de la fuerza de trabajo lo determina el valor de los medios de subsistencia necesarios para el obrero y su familia). Este valor, expresado en dinero es el precio de la fuerza de trabajo. Pero generalmente el precio de la fuerza de trabajo fluctúa por debajo de su valor.

Por lo tanto, el salario es la forma modificada del valor de la fuerza de trabajo, es el precio del trabajo presentado como precio del trabajo. El salario disimula la explotación. Cuando el proletario vende al capitalista su fuerza de trabajo y recibe a cambio, en concepto de salario, una determinada suma de dinero, esta suma no es presentada como precio de la fuerza de trabajo, sino como precio del trabajo.

El salario borra todo rastro de división de la jornada de trabajo en tiempo de trabajo necesario y adicional, en trabajo pagado y no retribuido, disfrazando con ello las relaciones sobre las que descansa la explotación capitalista.

Y en el marco de la actual crisis económica en medio del desempleo, el proceso de acumulación lleva ineluctablemente a la formación del ejército industrial de reserva, el cual presiona sobre la parte ocupada de los obreros, reduciendo el salario al nivel de la fuerza de trabajo e incluso por debajo de este valor. Por ello junto a la bandera de lucha contra el desempleo, la precarización, se debe sumar la lucha por aumento salarial, porque prácticamente la mayor parte de los obreros y trabajadores están con un pie en la miseria y depauperismo, a pesar de estar en activo con salarios miserables, con una tendencia creciente al empeoramiento de sus condiciones de vida, que solo puede ser atacadas desde las reivindicaciones como el aumento salarial de emergencia.

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