Una de las demandas centrales de la clase obrera y los trabajadores es el tema del salario; sobre todo, en periodos de una crisis tan profunda como la que atravesamos actualmente. Esta justa demanda se la quiere apropiar el régimen actual, y con ello ganar para sus intereses de clase a los trabajadores.
Es una necesidad para el régimen buscar todas las formas para tratar de recuperar el nivel de crecimiento económico y como consecuencia la acumulación capitalista.
En este marco el pasado 15 de diciembre la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) tomó el acuerdo de aumentar el salario mínimo 15% en las dos zonas salariales. El salario mínimo pasó de 123.22 a 141.70 pesos, y en la Zona Libre de la Frontera Norte pasó de 185.56 a 213.39 pesos. La Conasami hace la propuesta en el marco de valoraciones empíricas y técnicas, entre ellas el costo para las empresas. En este sentido, se estimó cuantos trabajadores se encuentran actualmente en el rango de 123.22 y 141.70 pesos. Este costo no es homogéneo. Pero en promedio esto arroja que el nuevo salario mínimo tiene un incremento de 0.4 por ciento en el costo de las empresas. Asimismo, esto implica que el incremento promedio real por empresa es de 2.23 por ciento, no del 15 por ciento.
Para el sector de los jornaleros agrícolas la Conasami fijó un sueldo de 160.19 pesos por jornada para el 2021, pero cuando se dio el levantamiento de los jornaleros en San Quintín, hace 5 años, entre las demandas principales estaban peleando por un sueldo de 300 pesos diarios, un tanto, para entender entre la realidad capitalista, y las aspiraciones justas del proletariado agrícola y el proletariado en general
De esta manera con los datos duros se observa que el Gobierno de AMLO aparenta poner al centro los intereses del trabajo, en realidad se pone al centro los intereses empresariales y con ello el proceso de acumulación capitalista.