En medio de la crisis económica recurrente del sistema capitalista, agudizada por la pandemia del coronavirus y reflejándose en la caída de la tasa de ganancias de la burguesía y los oligarcas financieros, la sobreproducción de mercancías en varias ramas productivas, el desempleo masivo, el aumento de la pobreza y miseria, estancamiento de algunas ramas de la producción durante la cuarentena y la consiguiente expulsión de trabajadores, violentando la patronal sus derechos laborales, etc. 

     En este contexto, el Estado mexicano conducido por la “4Transformación” (4T), en común acuerdo con un sector de la burguesía, argumentando que es para impulsar el mercado interno (que los trabajadores eleven su poder de adquisición), acordaron formalmente (materialmente no lo hay) un incremento al salario mínimo del 15%, el acuerdo fue a través de el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos. Ellos nos aseguran que esa es una forma de controlar la crisis, reactivar la economía y cumplir con el T-MEC (en la homologación de salarios para América del Norte), cuando sabemos que el capitalismo tiene vida propia, con leyes generales de su desenvolvimiento que no pueden ser controladas por la voluntad de nadie, ni siquiera por los capitalistas que han ido tejiendo la maraña de relaciones de producción y una sociedad llena de contradicciones, a la que dominan con su poder político y económico. 

     Por ello, en cada crisis cíclica del sistema capitalista para salir del atolladero ven la manera de intensificar la explotación sobre la clase obrera, los trabajadores y los pueblos. Ellos fingen y alardean de beneficios con los incrementos formales al salario mínimo del 16% en 2019, del 20% en 2020 y el actual del15%, presumiendo que el salario ha subido de escaño a nivel mundial, colocándose en el lugar 76 de 135 países, después de estar en el 86 (siendo el salario más jodido dentro de la OCDE); con demagogia pretenden ocultar que, en la búsqueda de incrementar las tasas de ganancia de la burguesía, en los recientes 40 años han llevado a la miseria y extrema miseria a la clase obrera, a los trabajadores y específicamente a las mujeres, a pesar de que nuestra economía, según sus datos es la undécima más grande del mundo, Sin embargo con la contingencia, y los semáforos rojos, se acentúa la vieja práctica mafiosa de “negociación salarial” de la burguesía, los empresarios imponen con falsos representantes sindicales los convenios con sus trabajadores, ajustes de plantillas laborales y de salarios, previendo que el confinamiento se prolongue en el 2021 (invocando las causales de reducción del salario previstas en la Ley Federal del Trabajo). 

     El aumento formal al salario mínimo no resuelve las necesidades más elementales, sin embargo, hay miles de trabajadores que ni siquiera tienen acceso al mínimo o sobreviven en el trabajo informal, etc. Por lo que las tareas de la clase obrera y los trabajadores son urgentes en la organización y movilización por incremento salarial, pan y trabajo, por la salud y la vida. 

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Por PCMML

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