Debido a la continuidad en la aprobación de la Ley Federal de Regulación del Cannabis en marzo, debemos iniciar el análisis y crítica acerca de los objetivos, alcances y métodos de dicha ley.

Se nos presenta como la “cura milagrosa” a la violencia en el país y como vanguardia en derechos humanos (reconociendo la “libertad creativa”). Una miopía forzada ante la existencia de la Guardia Nacional, y las reformas que amplían el uso de la fuerza contra la población.

Disfrazada en la austeridad republicana, interpretada como la permanente pauperización que auguran acabará con la violencia y el crimen organizado. En la esencia, la ley aprobará la producción, distribución, comercialización y consumo de la marihuana “recreativa”.

Con la última edición, busca crear monopolios transnacionales, abrir el camino a los ya desarrollados, y directamente a las farmacéuticas, justificando así que ningún cartel podrá competir con estos antiguos oligarcas, en una guerra de precios, distribución, marketing y comercialización en toda Latinoamérica. Caso que hace recordar la legalización de la heroína en el uso médico que en la actualidad son un problema de salud social por las adicciones en todo el mundo. Similar al tabaco y alcohol. Falacias a medias presentadas sin análisis concreto de las relaciones que tienen los cárteles con el actual Estado mexicano, y las mismas transnacionales.

No disolverá un negocio donde la marihuana dejó de ser la principal fuente de ingresos. La extracción violenta del plusvalor, por encima de lo legalmente establecido es la fuente que mantiene a los cárteles. Se presentan en el secuestro del campesino, sus tierras y su producto, hasta el monopolio clientelar del consumidor, la enajenación y la relación con más drogas y productos que controla, la trata y el mercado internacional.

Una serie de relaciones ajenas a la ley le permiten extraer plusvalía independiente de la droga en cuestión.

La ley, premiará a los cárteles como empresarios, y normalizará sus prácticas laborales como la punta de lanza para la explotación. Proponemos la construcción colectiva y popular de una estrategia integral contra el narcotráfico y las adicciones. Empezando por rebasar los niveles de pobreza dominantes desde hace siglos en México, y en donde sea necesario establecer y legalizar los modelos de autodefensa, de educación y de alimentación comunitarios.

Las consultas no resuelven este grave problema de las drogas, necesitamos organización y revolución para terminar con este.

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Por PCMML

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