NICARAGUA
El imperialismo estadounidense y la derecha nicaragüense, con la derecha mundial han desatado una campaña contra el comunismo y la revolución usando como pretexto el Gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, actual presidente de este país y exguerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Gobierno que han denominado progresista en conjunto con otros de Latinoamérica, que se declararon antineoliberales porque defienden el capitalismo de Estado, como el caso del mexicano encabezado por Obrador.
Daniel Ortega no ha seguido los designios de EE.UU., ni del sector I oligárquico nicaragüense, pero si de los chinos y rusos a los que les está sirviendo, como de los que se están reivindicando de la economía “nacionalista”, del sector II de la economía capitalista. Por eso sus choques contra los neoliberales encabezados por la familia Chamorro, quienes hacia las elecciones presidenciales se han postulado como candidatos y les ha pretendido cerrar el paso.
El Gobierno de Daniel Ortega no representa los intereses del pueblo nicaragüense e incluso los de la revolución que encabezó, menos del socialismo y el comunismo, por eso también las masas trabajadoras lo rechazan.
ARGELIA
En Argelia se elige nuevo parlamento, después de la dimisión del anterior presidente Abdelaziz Bouteflika, en 2019, tras 30 años de gobierno, después de grandes movilizaciones que demandaron la democratización del país y la salida de los militares del poder, quienes después realizaron elecciones, sin par
ticipación de la oposición y quedó “designado” Tebún cercano a ellos. Las acciones de repudió al destituido las encabezaron principalmente, jóvenes estudiantes universitarios.
Con una baja participación, solo votó el 30.2%, de 24 millones de electores los argelinos – 50% de ellos son jóvenes- cambiarían a los 470 legisladores, de 22 mil candidatos. Las principales organizaciones opositoras han rechazado la validez de la elección. Para esta elección se hicieron reformas (hechas por comités nombrados por el gobierno) que permitieron las candidaturas independientes, con participación amplia de mujeres, que las hubo fuera de los partidos tradicionales. Antes de estas elecciones se hizo un referéndum constitucional con un 76% de abstención. Estas elecciones aún están lejos de la transformación que exige y necesita Argelia.
IRÁN
El 18 de junio se celebrarán elecciones presidenciales en Irán, más de 59 millones de votantes están convocados para elegir presidente de su país, de 7 candidatos. La oligarquía iraní, también emplea la pandemia y la crisis económica, como sus contradicciones con el imperialismo estadounidense para legitimarse y mantenerse en el gobierno, gobierno “nacionalista” de derecha que se ha mantenido desde la revolución iraní, que destituyó a la Dinastía Pahalaví en 1979, dependiente de Estados Unidos para instaurar un régimen islámico (de Mahoma) y teocrático (gobierno ejercido por Dios). Todos los candidatos representan en el fondo la política del actual régimen, burgués religioso-conservador.
El régimen iraní es reaccionario y brutalmente represivo, con un fuerte peso de la cúpula militar del Cuerpo Islámico de Guardias Revolucionarios, mantiene en la cárcel, en la clandestinidad o el exilio a organizaciones democráticas y revolucionarias, y la renovación del gobierno mediante las elecciones, solo será un enroque entre conservadores o neoconservadores, por lo que no son en estos momentos una alternativa de lucha de las masas trabajadoras iranís.
G7
Se reunieron recientemente 7 de las potencias imperialistas (EE.UU., Reino Unido, Alemania, Francia, Canadá, Japón e Italia, para “estudiar” la situación mundial, el avance de sus rivales, China y Rusia, para ver cómo se ponen de acuerdo para seguir salvando el capitalismo-imperialismo frente a la crisis económica en 2020, ahora convertida en depresión económica y la pandemia.
Estados Unidos en esta reunión buscó retomar su liderazgo y hegemonía, limando las asperezas que dejará Trump y “logró” acuerdos con los otros 6 países para, irle cerrando el paso a China y Rusia, en su creciente influencia con sus propios socios, y acordaron realizar un “gran plan de infraestructura en los países asiáticos y africanos donde los chinos y rusos, han llegado con fuertes inversiones. También establecieron medidas para ganarles en la producción y distribución de vacunas, test de diagnósticos y tratamientos para virus y su variante, que incluye mayor control y reformas a la Organización Mundial de la Salud, además donarán más de mil millones vacunas, estos mismos depredadores de la humanidad.