La crisis de 2019-2020 fue justificada y encubierta por la pandemia, representó un nuevo acicate para las ganancias capitalistas, un nuevo y fuerte golpe para las masas trabajadoras, que la oligarquía financiera muy hábilmente usando la pandemia, hizo que pagáramos con creces los costos de esta, centrando la problemática como si el origen de la crisis fuera el SARS-Cov-2, preparando el terreno para la pronta recuperación de sus ganancias sacrificando vidas, trabajo, salarios y conquistas de los proletarios del mundo.
Muy prestos se vieron salvando sus capitales lanzando al vacío a los trabajadores y apresurándose a aplicar puntualmente las formas viejas y efectivas de extracción de plusvalía: la relativa y absoluta, como única garantía de impedir la caída de la tasa de ganancia y reiniciar un nuevo ciclo de acumulación de capital. Por eso la economía mundial en 2021 tuvo una leve recuperación con un pequeño crecimiento durante los tres trimestres del año, pero que a finales del mismo se vio “sorprendido”, por lo que está pasando en China con Evergrand.
No han pasado muchos años del estallido de la pasada crisis económica (2019-2020) y se están presentando ya, visos del estallido de una nueva (2021). Apenas habíamos salido débilmente de la presentada en 2007-2008, y, según estudios de organismos oficiales del imperialismo, recientemente en China se detectó lo que podría ser el inicio de una nueva crisis económica en uno de los más grandes monopolios del mundo, dedicado mayoritariamente al sector inmobiliario.
Según datos de la Organización para el Crecimiento y Desarrollo Económico (OCDE), en 2020 la gran mayoría de las economías tuvieron PIB negativos, mientras China y Turquía apenas si crecieron 2.3% y 1.8% respectivamente; en tanto Rusia: -2.5%, EE. UU.: -3.4%, Alemania: -4.9%, India: -7.3% y Francia: -8.0%, marcaron ese saldo negativo. A nivel mundial el PIB fue de -3.4%, según las mismas fuentes.
Ya para 2021 la misma OCDE presenta para los mismos países los siguientes datos: Rusia: 2.7%, EE.UU.: 6.0%, Alemania: 2.9%, India: 9.7%, Francia: 6.3%. China: 8.5% y Turquía: 8.4%. Y según sus proyecciones para 2022, el rango de crecimiento estará entre 2.1% y 7.9%, donde, de los señalados, solo China alcanzará cerca del 6%, los demás llegarán a poco más del 4%.
En otro rubro económico, según el índice de producción industrial en 2019 de la OCDE, la industria apenas creció 0.9%, para llegar en el 2020 con un 4.2%. Aunque el crecimiento fue positivo, la tendencia de 2019 a 2020 fue de disminución de la actividad industrial. Lo que muestra que aun el capitalismo respira y lo hace con dificultad, porque además de sus artificios como la especulación, -ahora usando criptomonedas- tiene todavía sometida a la clase obrera a la explotación asalariada haciéndola producir plusvalía absoluta y relativa, base real de sus ganancias y por tanto de su crecimiento económico.