Ya solo faltan 3 años para el relevo de la presidencia de México, y como no se había visto antes, AMLO ha destapado a sus posibles delfines, Claudia Sheinbaum actual Jefa de Gobierno de la CDMX, Marcelo Ebrard Secretario de Relaciones Exteriores; por otro lado Ricardo Monreal Senador se ha lanzado sin ser mencionado por él y Adán Augusto Secretario de Gobernación que se abre paso como uno de los posibles, todos de corte neoliberal y con antecedentes de represores. Efectivamente ninguno representa los intereses de los trabajadores del campo y la ciudad, por el contrario son leales seguidores de la autodenominada 4T, al servicio de la oligarquía financiera.
No cabe duda que la perspectiva de Morena es avanzar hacia una candidatura de unidad en su interior, en la cual se repartan espacios estratégicos como la presidencia de la República, la jefatura de gobierno de la CDMX y la Secretaria de Gobernación; en este sentido todo lo que se haga y se mueva a partir del 1 de diciembre pasado, será en perspectiva del relevo presidencial.
En este sentido nuestro Partido debe tener bien puestos los pies en la tierra y clarificar de forma constante sus tareas concretas de la situación concreta, avanzar en acumular fuerzas contra la socialdemocracia de derecha neoliberal, reagrupar los referentes de unidad, fortalecer sus organizaciones de masas, y estar presentes en todas las coyunturas aplicando todas las formas de lucha y organización con el objetivo de elevar estas mismas.
Mantener una posición de clase contra el actual gobierno, sin despegarnos un solo centímetro de las luchas de amplias masas populares en defensa de sus derechos y demandas más justas, ahí donde se quiere imponer una mina a cielo abierto, despedir a un trabajador, recortar matricula estudiantil, el Partido debe estar presente; desnudar ante las masas lo que en esencia es la 4T, es acompañar sus luchas en las calles por la revolución proletaria.