Elecciones en Francia: la dictadura del capital y la amenaza del fascismo

    El pasado 24 de abril, se realizó la segunda vuelta de las elecciones en Francia, para elegir al presidente de ese país; los resultados de estas elecciones, además de llevar a Emanuel Macrón a reelegirse como el vigesimoquinto presidente de Francia, nos permiten observar otros elementos de la realidad política de esta potencia imperialista del viejo continente.

     Un elemento principal que destaca de estas elecciones es la gran abstención, en la participación popular, que superó el 28%, cifra que no se había presentado en 50 años; lo que denota un alto nivel de rechazo de la población hacia el conjunto del sistema económico y político de ese país. La abstención en estas elecciones debemos de vincularlo directamente de las multitudinarias movilizaciones que los llamados chalecos amarillos desde el 2018 han levantado, además de las huelgas generales y otras luchas que la clase obrera y el pueblo francés protagonizaron durante el primer mandato de Emanuel Macrón.

     El mismo rechazo popular hacia la política neoliberal implementada por Macrón, ha sido aprovechada por el fascismo aglutinado en el Frente Nacional encabezada por Marine Le Pen, quien obtuvo 41.5% de los votos durante estas elecciones, lo que debe representar una verdadera preocupación para el proletariado en general, pues el hecho de que casi 13 millones 300 mil votos para una candidata fascista, que además representa su mejor resultado de la historia de Francia, es señal de que frente a la crisis de la política burguesa, las tendencias fascistas también tienden a crecer, como otro de los brazos ejecutores de la política de la oligarquía financiera. Momento para subrayar el papel que la cultura debería desempeñar en la refundación de la Unión Europea.

     Las palabras de Macrón después del triunfo: “La cólera y la desavenencia que les ha llevado a votar por ese proyecto [el de Le Pen] debe encontrar una respuesta. Es mi responsabilidad dársela”, debe comprenderse como una amenaza de un giro más hacia la ultraderecha, durante este segundo mandato. Desde luego no se puede esperar menos de un banquero, representante de los intereses de los Rotchschild; quien además ha reafirmado la tendencia guerrerista del imperialismo francés durante la reciente guerra en Siria y la actual Guerra en Ucrania. La política intervencionista hacia diversos países de África, como Benín, Burquina Faso y Costa de Marfil, han sido reforzados durante el periodo de Macrón, por lo que hacía un segundo periodo de gobierno, sin duda que esta tendencia de saqueo imperialista seguirá reforzándose.

     El proletariado francés, hoy tiene la alta responsabilidad de erigir en medio de este escenario de ofensiva capitalista, una perspectiva revolucionaria, independiente de la burguesía, recuperando lo mejor de las luchas históricas de la clase obrera, que van desde la propia Comuna de París, hasta las recientes luchas; para convertirse en una verdadera alternativa de transformación revolucionaria, ya que las diversas tendencias socialistas o socialdemócratas y revisionistas que han encabezado las recientes luchas y propuestas electorales, también han sido agotadas; el Partido Comunista de los Obreros de Francia (PCOF), tiene hoy nuevas batallas, de las que saldrá victorioso.

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