El carácter de la política del Gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T) hacia los trabajadores y el pueblo se expresa, entre otras cosas, a través de la designación de sus funcionarios al frente de las secretarías de Estado. En materia educativa, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) inició su sexenio designando a un exfuncionario de gobiernos del PRI y empleado del Grupo Corporativo “Azteca” que, gracias a la política neoliberal, hizo posible que su dueño -Ricardo Salinas Pliego- se convirtiera en uno de los multimillonarios de la oligarquía financiera de México. El presidente que llegó con la bandera de acabar con el neoliberalismo y la corrupción, nombró a uno de los beneficiarios de ese modelo económico para diseñar la política educativa del Gobierno de la 4T: Esteban Moctezuma Barragán.
Moctezuma Barragán, junto con Gilberto Guevara Niebla y otros funcionarios de la Secretaría de Educación Pública durante el mandato de Aurelio Nuño como Moisés Robles, Director General del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, en este estado durante la represión al magisterio democrático en 2015-16, fueron los encargados de diseñar la propuesta de Nueva Escuela Mexicana (NEM) y cabildear con los diputados para que fuera aprobada la reforma educativa de AMLO. Dicha reforma, cuyo corazón lo constituyen las leyes del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (SICAMM), a decir de los diputados del Partido Revolucionario Institucional que apoyaron la iniciativa, mantiene el 80% del contenido de la reforma de Peña Nieto y su régimen de excepción laboral que deja a los maestros fuera del Apartado B, del Artículo 123 Constitucional y elimina el papel del sindicato como defensor de los derechos de los trabajadores de la educación.
Cuando AMLO anunció la designación de Delfina Gómez Álvarez en sustitución de Moctezuma Barragán, lo hizo exaltando sus méritos de haber sido una maestra frente a grupo y luego directora de una escuela primaria; sin embargo, de acuerdo con su trayectoria, ésta no contaba en su haber ninguna labor de investigación educativa ni propuesta alguna que buscara la superación de la crisis de la educación en nuestro país. Por el contrario, durante su vida laboral fue condescendiente con la política sindical de los charros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y la política educativa neoliberal del Partido Acción Nacional y el PRI; es claro que el criterio para su nombramiento fue haber sido candidata a gobernadora en el estado de México. Desde su nombramiento, ya se vislumbraba que esperaría el momento para su lanzamiento nuevamente a la candidatura para el mismo cargo.
Al frente de la SEP, Delfina Gómez sólo fue la encargada de simular una consulta a la “sociedad” sobre el proyecto educativo del régimen de la 4T: la Nueva Escuela Mexicana, el Marco Curricular y el Plan de Estudios 2022. Es evidente que las “asambleas” prepararon un auditorio a modo para respaldar lo que ya estaba construido en oficinas alejadas de quienes están involucrados en el proceso educativo en las comunidades urbanas y rurales: los maestros, estudiantes y padres de familia.
En lugar de diseñar una política educativa que responda a las necesidades del pueblo y del país, apoyándose en investigadores y pedagogos que han sido críticos de los distintos modelos educativos que han llevado a la crisis educativa que hoy se padece, el Gobierno de la 4T sigue utilizando a la SEP como un trampolín político para posicionar a sus personeros. Incluso, ignorando las acusaciones de corrupción que pesan sobre ella cuando, siendo alcaldesa del municipio de Texcoco, se quedaba con el diez por ciento de los ingresos salariales de sus trabajadores de confianza para incrementar su capital personal y el fondo para sus futuras aventuras políticas.
Los trabajadores de la educación organizados en la CNTE tienen la palabra. Es hora de asumir su papel histórico en la lucha de clases. ¡GOBIERNE QUIEN GOBIERNE, LOS DERECHOS SE DEFIENDEN!
