La propuesta de presupuesto para el año 2023 es una continuidad de lo elaborado desde el inicio de la administración de AMLO-Morena. Un presupuesto que en lo esencial no hay ruptura de fondo con la política neoliberal, sino que hay una continuidad.
Se afirma lo anterior porque en el presupuesto es intocable lo destinado al capital especulativo financiero, es decir, el pago a la deuda externa; el presupuesto 2023 prevé que los intereses de la deuda serán 1.08 billones de pesos, que representa un ascenso de 29.9 respecto a 2022, por el alza de tasas de interés que han implementado los bancos centrales a nivel mundial. Además el capital especulativo financiero (como todos los capitalistas) no tiene otro interés más que las ganancias, así mientras AMLO presume de lo hecho por el proletariado migrante que envió casi 28 mil millones de dólares en el primer semestre de este año, no señala con la misma fuerza que los especuladores financieros sacan del país en el mismo período casi 23 mil millones de dólares. Son las dos caras del mismo proceso, el sacrificio del proletariado, el desgaste inmoderado de sus fuerzas para mantenerse a sí mismo y a sus familias, y por el otro lado, la especulación financiera, totalmente parasitaria que amasa ganancias, y sigue exigiendo más sacrificios al proletariado para “sacar adelante al país”.
Al mismo tiempo el presupuesto es un reflejo de la política general, y como se viene desarrollando el proceso de militarización del país, fundamentalmente para dar seguridad a los grandes megaproyectos, la inversiones, los edificios y carreteras, para que la producción y el tránsito de mercancías se asegure; no es el tema de la seguridad y libre tránsito del pueblo, este es solo un pretexto. En este sentido con respecto al presupuesto de 2022 hay un aumento de 40% de lo destinado a las fuerzas armadas, tal nivel de aumento, no se ve en otros rubros como salud y educación.