A cuatro años de gobierno morenista, se planteó un informe optimista en todos los rubros. “Avanzamos en el rescate y bienestar del campo”, dice un cabezal en la página del Gobierno de México, donde después se lee un esbozo de cifras que alcanzaron los programas prioritarios. De ello, la redacción destaca que a pesar de la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania no se detuvieron las acciones que buscan romper el abandono y hacer frente al incremento de precios de alimentos y fertilizantes en todo el mundo, pero, ¿qué hay detrás de las cifras?
En el programa Producción para el Bienestar, el presupuesto aumentó 3.7%, beneficiando casi dos millones de productores pequeños y medios; la realidad es que los apoyos productivos se otorgan solo aquellos registrados en el padrón de la secretaría, lo que refleja insuficiencia por los montos y por el número de beneficiados. Otro componente de este programa es el acompañamiento técnico, que al ser contraparte de la visión agroindustrial de Víctor Villalobos, se desdibuja al no contar con apoyos para la creación de infraestructura que sirva en la producción de biofertilizantes y caldos minerales, además que su promotor Víctor Suárez ha convertido esta iniciativa en portada del Plan Contra la Inflación y la Carestía que es una herramienta más mediática que eficiente.
Hablando de Fertilizantes para el Bienestar, decimos que la ampliación de cinco a nueve estados de ejecución, no repercutió significativamente en un escenario donde los fertilizantes nitrogenados registraron un aumento de más del 100% en su costo, y del cual depende la mayor parte de la extensión de suelo para cultivo.
En cuanto a Precios de Garantía a Productos Alimentarios Básicos, se observó un aumento del 21.5%, pero ni eso logró que los productores tuvieran mayor interés en participar, la experiencia del rechazo de cosechas por “calidad” del producto, el pago de fletes y costales hizo que no se posicionara Seguridad Alimentaria Mexicana como alternativa. En el caso del maíz, se alcanzaron precios de venta en más de $15.00 el kilogramo mediante otras vías de comercio, es decir, el doble de lo que ofrece la secretaría.
Sobre el Programa de Fomento a la Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuicultura, hay poca información, se enfatiza el apoyo a actividades pesqueras y acuícolas, lo que nos deja ver que en los demás rubros, también es mínimo el impacto.
De lo anterior podemos concluir que la 4T no podrá mejorar significativamente las condiciones del campo en México mientras exista una visión de producción agroindustrial que magnifica la ganancia de unos cuántos. Que al final del día se intensifica la necesidad de la organización campesina de otro tipo, revolucionaria, científica y socialista.