Uno de los primeros cuestionamientos a la presente administración fue el nombramiento de funcionarios públicos acusados de represores, caciques regionales, funcionarios reciclados, señalados de acoso sexual, de violencia familiar o de ser deudores alimentarios, entre otros; por lo que resulta evidente que la composición del gabinete son cuotas y prebendas a la burguesía y los grupos políticos que se sumaron a la campaña del gobernador.
En este primer trimestre de gobierno, ha destacado la fuerte campaña en contra de las organizaciones sociales, “Se acabaron los techos financieros” “Solo reconocemos a 20 organizaciones sociales” afirma el gobernador; como si el despilfarro y el robo del erario fuera obra de las organizaciones populares, el mismo discurso busca dividir al movimiento social.
Se añade la utilización de la fuerza pública contra sectores de manifestantes como el caso de los habitantes de Xiacui, lo mismo paso con sectores indígenas, los normalistas y Mogoñé la comunidad en resistencia en el Istmo; el trato a los manifestantes contrasta con la campaña política- electoral permanente que mantiene varios funcionarios públicos, incluido Noé Jara, hermano del gobernador, que con actos anticipados andan promocionándose para figurar en las próximas elecciones para presidentes municipales, diputaciones y senadurías; prometen todos los proyectos y obras sociales con la utilización de toda la estructura gubernamental.
La violencia generalizada y en particular los feminicidios continúan, la pacificación que se prometió sigue sin cumplirse, la situación en la zona Triqui lo confirman; desde diciembre a la fecha en Oaxaca se han vivido una serie de asesinatos y violencia generalizada que da cuenta de la realidad en la entidad. Al 7 de marzo, la asociación civil GES Mujer reportaba 42 feminicidios y 235 homicidios al mes de febrero según los reportes de la Fiscalía.
Otro tema de campaña fue acabar con la corrupción, pero no se ha dicho nada sobre proyectos como el CityBus, la remodelación de Símbolos Patrios, el Centro Cultural “Álvaro Carrillo” que quedaron como grandes obras sin cuentas claras.
La administración estatal realizó el informe de los 100 días de gobierno, convocando a una movilización y evento por la tarde; dicho informe tuvo como antesala las manifestaciones de los normalistas que pasaron del plantón a los bloqueos de calles toda vez que en medios de comunicación se dice que hay plazas laborales para ellos, pero en los hechos no han sido contratados.
En este primer trimestre, la autodenominada “Primavera oaxaqueña” empieza a desnudar su carácter de clase, utilizan las mismas políticas que gobiernos anteriores; a su vez el movimiento popular tiene la necesidad de transitar en la construcción de espacios unitarios que rompan el discurso anti organizaciones de parte de la actual administración y evidencien los problemas reales que se presentan ante la inflación y crisis económica que vive el pueblo de Oaxaca.